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España envía por carretera a Bélgica residuos radiactivos de Almaraz

El transporte, realizado por una empresa pública, está asegurado en 297 millones de euros

Un cargamento con residuos altamente radiactivos saldrá por carretera, escoltado por la Guardia Civil, de la central nuclear de Almaraz (Cácerez) con destino a un centro de investigación de Bélgica. El envío consta de dos barras de combustible nuclear gastado. El transporte lo realizará la empresa pública Express Truck. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no hará pública la fecha ni el recorrido por razones de seguridad. El viaje está asegurado por 297 millones de euros y fue aprobado de urgencia el pasado 27 de julio. Desde que en 1989 terminó el envío de los desechos de Vandellòs I, estos desplazamientos al extranjero han sido muy escasos.

La central de Almaraz comenzó hace años una prueba para alargar la vida de su combustible nuclear. Si actualmente realiza una recarga cada año y medio, su intención es mantener el combustible durante tres. Hace cinco años introdujeron en el reactor estas dos varillas de uranio y desde hace dos están enfriándose en las piscinas de la central. Cuando el uranio llega a la central es radiactivo, pero prácticamente nada en comparación con los residuos radiactivos, que mantienen su actividad durante decenas de miles de años.

Ahora esas dos varillas, de apenas un centímetro de diámetro y tres metros de alto, viajarán en un transporte especial al Centro de Investigación del SCK.CEN en Mol (Bélgica). La multinacional francesa Areva, líder en reactores mundiales, quiere ver cuál ha sido el comportamiento de las barras y poder convertirse en suministrador habitual de Almaraz, según fuentes del sector.

El 27 de julio pasado, en una reunión extraordinaria, el pleno del CSN informó "favorablemente la autorización específica a la empresa Express Truck SA para el transporte de dos barras de combustible irradiado". Express Truck, con sede en Salamanca, es propiedad de la empresa pública Enusa, encargada de suministrar el combustible a las centrales españolas.

El envío cuenta con un seguro de 297 millones de euros, según lo acordado por Industria. El ministerio redujo "la cobertura de responsabilidad civil en función de la limitada cantidad de combustible irradiado que se va a transportar" y el CSN lo aceptó, según el acta de la reunión. El pleno se adelantó porque el siguiente estaba previsto para septiembre y el tema corría prisa. No acudieron la presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten, ni el vicepresidente Luis Gámir, de vacaciones.

Hasta 1983, el envío de combustible gastado al extranjero era una práctica frecuente (ahora cada central almacena sus residuos). La empresa británica BNFL alberga desde entonces 97 toneladas de residuos de la central de Garoña (Burgos). En 2003, España pagó 37 millones de euros para prorrogar el almacenamiento. Además, en 1989 envió a Francia, 1.914 toneladas de uranio de Vandellòs I, la central que se incendió. España ha pagado ya a Francia 517.712.532 euros por el almacenamiento. Por contrato, ese material tiene que volver a España en 2010, pero será imposible porque España no tiene un almacén para residuos radiactivos. Estos restos tienen plutonio, que puede servir para fabricar bombas nucleares.

Aunque no ha habido exportaciones masivas de combustible gastado, sí ha habido algunos transportes de experimentación, pero muy pocas veces con combustible nuclear gastado, como ocurre ahora en Almaraz. A mitad de los años noventa, la central de Zorita envió 11 varillas de combustible a la planta de Sellafield en el Reino Unido, según recuerda Carlos Bravo, de Greenpeace. En otros países, donde el transporte de desechos nucleares es más frecuente, las protestas de los ecologistas han suspendido envíos y en Francia, en 2004, un tren mató a un ecologista encadenado a la vía.

Ecologistas en Acción denuncia que el material que saldrá de Almaraz es más peligroso que el convencional, ya que lleva tres años en el reactor en lugar de uno y medio y afirman que "el traslado de Almaraz a Bélgica se convierte en una actividad extremadamente peligrosa, por su radiotoxicidad".

Sala de turbinas de la central nuclear de Almaraz (Cáceres).
Sala de turbinas de la central nuclear de Almaraz (Cáceres).BERNARDO PÉREZ

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