"Empezó como un juego. Mi sobrino no se oponía"
Escándalo tras confesar el exobispo de Brujas sobre abusos sexuales
Obispos, políticos y ciudadanos belgas reaccionaron ayer con seria consternación por el desparpajo con que el antiguo obispo de Brujas Roger Vangheluwe relató los abusos sexuales cometidos contra uno de sus sobrinos. "Empezó como un juego", dijo el prelado, de 74 años, en una entrevista a la televisión flamenca VT4. "Como en todas las familias", explicó, "cuando venían de visita, mis sobrinos dormían en casa. Nunca hubo ni violación, ni violencia física. Jamás me vio desnudo ni hubo penetración".
Vangheluwe fue destituido hace un año por Benedicto XVI, tras admitir que había abusado sexualmente de su sobrino menor entre 1973 y 1986. Vangheluwe, que no responderá ante la justicia porque los delitos han prescrito, manifestó: "No tenía la impresión de que mi sobrino se opusiera". Calificó lo ocurrido como "hechos superficiales", y aunque reconoció que "no estaba bien lo que hacía", aseguró "que no tenía nada que ver con la sexualidad" sino que lo que existía "era intimidad".
El primer ministro belga, Yves Leterme, expresó su "horror y decepción", por las revelaciones. "La política ha asumido sus responsabilidades en el seno de la Comisión Especial, pido a la Iglesia que haga lo mismo".
El actual obispo de Brujas, Josef De Kesel, declaró sentirse "estupefacto" al conocer las manifestaciones de su predecesor. "Es incompresible este daño, por todas las personas implicadas, las víctimas en primer lugar, pero también para nosotros y no estoy hablando por nuestra imagen, sino por nuestra credibilidad". "Él ha dicho que lo sentía", añadió, "pero no creo que lo piense".Vangheluwe se encuentra en un monasterio del Loira, en Francia, pendiente de la causa abierta por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que ha ordenado que se someta a tratamiento espiritual y psicológico.
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