Colón no descubrió América
Una balsa de juncos zarpa desde Estados Unidos rumbo a España para demostrar que los hombres de la Edad de Piedra protagonizaron travesías transoceánicas
Ni los vikingos ni Cristóbal Colón. Diez aventureros se embarcaron ayer en el Abora III desde los muelles del río Hudson de Nueva York con destino a España con un objetivo: cambiar los libros de Historia. Con una balsa construida con juncos según un diseño prehistórico pretenden probar que, gracias a sus "suficientes" conocimientos náuticos, los hombres de hace 14.000 años fueron los primeros en cruzar el océano Atlántico y llegar al mar Mediterráneo desde el continente americano.
"Este viaje desde Nueva York a las costas españolas pretende demostrar que los contactos prehistóricos entre Norteamérica y el Mediterráneo existían. Vamos a cambiar los libros de Historia", aseguró ayer José Valmaña, un historiador cubano-americano aficionado a la arqueología marítima y tripulante de la embarcación. Para Valmaña, "es importante que, si el barco llega a España, los académicos empiecen a creer en la capacidad marítima de los pueblos prehistóricos sobre la que tantas pruebas hay".
El equipo de exploradores, procedentes de Alemania, Noruega, Bolivia y Estados Unidos, está encabezado por el botánico y arqueólogo alemán Dominique Gorlitz, miembro del New York Explorers Club, quien se mostró seguro de que "la expedición hará historia". "Si tenemos éxito con nuestra hazaña, espero que todos cambien de parecer y acepten, como diré yo entonces, que Cristóbal Colón no fue el primero en cruzar el Atlántico", explicó Gorlitz poco antes de que zarpara el Abora III, cuyo nombre alude al dios sol de los antiguos indígenas guanches canarios.
La prueba, los hallazgos de tabaco y coca
Según los expedicionarios, el descubrimiento de tabaco y coca a ambos lados del Atlántico es un indicio de los viajes transatlánticos que ocurrieron en la era prehistórica, algo que daría respuesta al hecho de que los científicos hayan encontrado en la momia de Ramsés II, en Egipto, trazas de tabaco y coca.
La expedición toma el testigo así a las que protagonizó el noruego Thor Heyerdahl (1914-2002), considerado el fundador de la arqueología marítima, quien con sus viajes quería demostrar que ya en la Edad de Piedra ocurrió un intercambio cultural intenso por vía marítima entre el mundo conocido y el continente americano.
Llegada a Canarias en septiembre
Tras introducirse en el Atlántico, el Abora III hará su primera escala en las islas Azores, para después atracar en Cádiz y culminar la expedición en Tenerife, en las islas Canarias, a finales de septiembre.
La embarcación no va acompañada de barcos de asistencia para casos de emergencia, aunque sus tripulantes cuentan con teléfonos vía satélite para comunicarse y la posición de la nave puede verse en directo por GPS en la página web www.abora3.com.
Valmaña aseguró que "la tripulación no tiene miedo, simplemente está excitada ante la tremenda aventura", y explicó que "los mayores peligros" que se pueden encontrar en alta mar son los barcos y las tormentas. "Nosotros somos bastante más pequeños que los barcos que surcan las aguas del Atlántico y mucho más lentos, así que hay que esperar que ninguno se nos eche encima", indicó el historiador y navegante.
La balsa Abora III es una réplica de los navíos de juncos de la Edad de Piedra y fue construido entre 2005 y 2006 en Bolivia por indios aimara, quienes aplicaron una tecnología tradicional. Su diseño se refinó en Nueva York entre mayo y junio de este año, mediante la instalación de quillas laterales que le permiten navegar de través y recibir el viento por el costado para que así pueda llegar sin grandes contratiempos a Tenerife.
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