"La técnica destruyó la música"
Bobby Gillespie (1962, Glasgow) está igual de delgado y, digamos, distraído que siempre. Llega al backstage del FIB con una camisa psicodélica, pantalones pitillo y melenilla que le tapa la cara. De vez en cuando se saca media sonrisa. Si le mareas con la foto de la entrevista, se agobia. Si le preguntas por aquella época del acid house que alumbró su Screamadelica, parece que le sube todo lo que tomó 20 años atrás.
Pregunta. Han pasado 20 años desde Screamadelica. ¿Qué opina del Bobby de entonces? ¿Quiere mandarle algún recado?
Respuesta. Sí: "¡Deja a tu novia, tío!". Bueno, es cruel. Pero sí: "Sal de ahí". No, en serio, yo estaba en un buen momento en mi cabeza. No cambiaría nada.
P. ¿Echa de menos algo de ese periodo?
R. No. No se puede ser nostálgico. Haces lo que haces, y de eso aprendes. He intentado no repetir los errores. Pero también hice buenas cosas.
P. ¿Por qué Primal Scream cambió el rock por dance con Screamadelica?
R. Empezamos a ir a clubes de acid house en 1989. La música rock no existía, no había bandas aparte de Jesus and Mary Chain. Y lo más excitante sucedía en los clubes, era donde pasábamos todo el tiempo. Ahora, la gente está acostumbrada a esos lugares. Pero entonces allí estaba la fuerza de la juventud. El rock estaba muerto, y el acid tenía energía.
P. ¿Y ahora dónde está?
R. Ni idea. Sé que hay gente que hace buenos discos. Deerhunter, Panda Bear, Ginderman... Son buenos, pero no son rock and roll.
R. El acid house y el éxtasis sucedieron a la vez. Y Screamadelica no hubiera existido sin el acid; eso es un hecho. Así que imagine... Pero no hicimos el disco drogados. Tomábamos éxtasis en los clubes, y sentíamos la energía. Metimos a otro tipo de gente a colaborar con nuestra música. Andy Weatherall, por ejemplo, hacía grandes remezclas de canciones. No buscábamos un productor de rock convencional. Todo eso era demasiado limpio y calculado. Queríamos algo violento, oscuro, crudo. Lo que debía ser el rock. Así que, paradójicamente, trabajamos con productores de electrónica y dj's como The Orb. Es que la técnica destruyó la música, metió la avaricia. Eran la droga, el sexo y las raves lo que nos interesaba.
P. ¿Reconoce la influencia de Screamadelica en otros grupos?
R. Sí, que a otro músico le guste lo que haces es lo mejor que te puede pasar.
P. ¿Qué diferencia nota trabajando con Sony respecto a Alan McGee?
R. Él es un espíritu libre. Un anarquista. Un punk. Le gusta la confrontación y siempre fui feliz trabajando con él. Le echo de menos. Pero de momento el grupo no tiene un sello. Sony solo ha hecho la reedición de Screamadelica.
P. ¿Cómo se puede hacer hoy una revolución musical como la del acid house?
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