Un estudiante vallisoletano de 15 años crea un juego para el iPhone
"No sabía ni que se podían hacer aplicaciones.Todo lo he ido sacando de los foros", explica Manuel Martínez-Almeida, autor de 'Abstract War', que lo vende a 0,79 euros
Manuel Martínez-Almeida, un estudiante vallisoletano de 15 años, pertenece a la generación de chavales que han nacido con Internet bajo el brazo, en la era de la tecnología, donde los ordenadores, videojuegos y demás aparatos electrónicos, son su pan de cada día. Lo que diferencia a Manu de sus compañeros de aula del colegio de San José es que, sin tener ningún tipo de formación específica, ha creado un juego para los teléfonos iPhone de Apple. Se llama Abstract War 2.0 y consiste en disparar en solitario o con otros.
"Leí en el periódico hace nueve meses que una persona había ganado 600.000 euros creando un juego y me dije, ¿por qué yo no?". Esa idea, junto al hecho de que su padre adquiriese uno de los teléfonos para los que se ha desarrollado esta aplicación, hicieron que le "picase el gusanillo" y se pusiera manos a la obra.
Empezar de cero
Martínez-Almeida no se avergüenza de confesar que "no tenía ni idea" de programación. Lo más parecido a ese mundo era la posesión de una consola PlayStation y haber hecho "cosillas" en alguna web como mero usuario.
Jamás había tratado el tema del desarrollo de videojuegos ni del diseño gráfico o programación. "Aunque no se lo crea nadie, en esto empecé de cero, primero mirando las cosas más básicas por Internet, luego ya complicándome un poco más", admite. No ha tenido profesores ni mentores, "todo lo he ido sacando de los foros", y aunque asegura no conocer a nadie en persona del mundillo "sí que conozco de manera virtual a gente que se dedica a esto, sobre todo extranjeros".
Hace seis meses, y basándose en el juego Geometric Wars de la Xbox 360, Manu decidió crear algo similar que se pudiera utilizar en los móviles iPhone. "Elegí ese videojuego porque en él puedes crear sin tener que lanzarte a diseñar en tres dimensiones, donde las empresas grandes te comen".
El juego en sí es sencillo, basado en las clásicas formas geométricas de sus predecesores. El jugador puede pelear contra diez tipos diferentes de adversarios a los que tiene que derrotar. Además, permite jugar tanto a solas como con varias personas a la vez, a través de la conexión Bluetooth.
Ha tardado medio año en sacar a la venta su Abstract War 2.0, aunque no fue el primer juego que hizo. "Había una versión 1.0", admite riendo, "pero no era más que una prueba", y no la comercializó. Con la 2.0, Manuel decidió pagar la licencia que le permitía enviar el juego a Apple, unos 99 euros al año, y después esperó a que la empresa decidiera si la aplicación tenía la calidad requerida para publicarlo en su página.
Una vez dado el visto bueno -Apple tiene el derecho a veto de las aplicaciones para sus aparatos-, todo vino rodado, así lo acredita casi el millar de personas que han comprado Abstract War 2.0 y que le han hecho ganar en una semana cerca de 600 euros a este chaval que vive de la paga familiar. "Y eso que lo he dejado más barato", asegura, ya que Apple da libertad para que los creadores pongan el precio de sus aplicaciones o, incluso, las regalen. Manu lo vende por 0,79 euros, pero el 30% se lo queda la tienda Apple.
De momento, y aunque tiene muchas ideas en la cabeza para un nuevo proyecto, "no hay nada concreto", ya que la fama le ha llegado de una manera inesperada y prefiere esperar un poco a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, ocupando su tiempo en "promocionar el juego", seguir con los estudios de 4º de la ESO y en hacerse a la idea de ser conocido, "algo nuevo para mí".
"Quiero mi propia empresa"
Sus compañeros de clase y amigos están a su lado, dejándole mensajes de apoyo en los foros donde se comenta la noticia, "aunque al principio ninguno se lo creía; es más: de hecho yo todavía no me lo creo".
Es joven y hablar de hacia dónde le llevarán sus estudios universitarios es un poco prematuro, aunque tiene claro que sea lo que sea, irá enfocado a "la creatividad y el diseño", nada de arreglar ordenadores para otros. "Yo quiero tener mi propia empresa", asegura, "y siempre que me pongo a hacer algo, lo llevo hasta el final".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.