Nietzsche íntimo
Lou von Salomé, amor imposible de Friedrich Nietzsche (1844-1900) y autora de Nietzsche en sus obras, afirmaba que el gran filósofo solo escribía para dar testimonio de sí mismo; que sus escritos ante todo revelaban el estado de su alma. Acaso sea verdad, pocos filósofos hay tan autobiográficos. La fluctuante marea del pensamiento de Nietzsche refleja, más que el estado del mundo exterior, los vaivenes de su intimidad. Nietzsche fue lo que pensó, y desde muy joven encaminó su vida por la senda del pensamiento, arrobado por sus infinitas posibilidades. Su pasión literaria (ensayística y poética) se estrenó con una breve autobiografía que escribió con 14 años y que tituló De mi vida. Este fue su "primer libro". Escribió que al concluirlo en 15 días, se sintió muy satisfecho, ufanándose de poseer ya la "pequeña vanidad de escribir mis propios libros para leerlos de inmediato". Es curioso que el último escrito de Nietzsche sea asimismo su Ecce Homo, una autobiografía intelectual terminada poco antes de caer en la locura. Entre ambos escritos queda el resto de su obra publicada, así como miles de páginas inéditas y su correspondencia.
Con 'De mi vida' se abre este primer volumen de Obras completas de Nietzsche, otros tres están en proyecto. Aquí el lector encontrará textos inéditos, útiles para el especialista, pero también obras muy conocidas en el ámbito hispano -Nietzsche es un autor muy traducido al castellano- tales como 'El nacimiento de la tragedia' y las 'Consideraciones intempestivas'; y al final, los documentos de la sonora polémica con Wilamowizt. Salvo la portada del tomo, de dudoso gusto, las nuevas traducciones y el aparato crítico son loables y de gran utilidad para los estudiosos del filósofo.
El 5º tomo de la espléndida edición de Correspondencia de Nietzsche -de sobria presentación y editado con excelencia-, abarca un periodo decisivo de la vida del pensador: aparece su Zaratustra en una edición privada, Nietzsche reside en Niza y en Sils Maria, aunque busca acomodos esporádicos en Venecia y la Toscana; no imparte clases, carece de arraigos, vive solo, lucha contra los dolores de cabeza y la ceguera incipiente, mientras lleva una vida nómada consagrada por entero a sus delirios intelectuales y al escrutinio de sí mismo, con sus pasiones y sus miedos; alienta su alma y su orgullo con la creencia en su genialidad. "Espero no ser comprendido tan pronto", afirma, "si acaso, sólo después de mi muerte". Confía en tener lectores que "puedan ver mis problemas sin ser destruidos por ellos".
El tomo contiene algunas cartas a la madre y la hermana, a amigos y conocidos diversos; otras que ilustran el conflicto con el editor Schmeitzner o sus problemas económicos; o bien, comentarios íntimos, experiencias detalladas y los avatares con las obras: Aurora, La Gaya ciencia, Más allá del bien y del mal y La genealogía de la moral. Estos libros, que fueron calificados como "peligrosos", acumulaban sugerencias intempestivas, acerados aforismos, nacidos de la febril mente de un auténtico devorador de sí mismo, de un sufridor incomprendido y atemporal del pensamiento. Cuarenta y dos años tiene Nietzsche en 1886 cuando anota: "Cuarenta y dos años de soledad". Explícito resumen de su entusiástica megalomanía.
Obras completas de Friedrich Nietzsche. Volumen I: Escritos de juventud. Edición dirigida por Diego Sánchez Meca. Traducción, introducciones y notas de Joan B. Llinares, Diego Sánchez Meca y Luis E. de Santiago Guervós. Tecnos. Madrid, 2011. 970 páginas, 40 euros. Correspondencia V (enero 1885-octubre 1887). Traducción, introducción, notas y apéndices de Juan Luis Vermal. Trotta. Madrid, 2011. 446 páginas. 35 euros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.