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Tentaciones
Reportaje:TELEVISIÓN

Llegan los hijos de 'South Park'

LÚBRICOS dependientes de videoclub, adolescentes que alivian su vejiga sobre la tumba de su mejor amigo, aprendices de director que descubren los secretos del nuevo cine español tras sufrir brutales lesiones, chicas recatadas que emancipan su cuerpo en fase postraumática... En principio, nadie diría que tales temas pudieran ser un material apropiado para la animación. Basta ver un episodio de Putokrío, la primera serie de producción española bajo el paraguas de Adult Swim (la franja horaria de animación para adultos que emite el canal TNT), para darse cuenta del error: con lacerante y torvo humor, Putokrío narra, en un registro equidistante de la película Gummo, de Harmony Korine, y la alucinación goyesca, los ritos de iniciación de un preadolescente con madera de bad boy en el desquiciado ambiente de una urbanización levantina que bien podría ser una metáfora del mundo. O la antesala del infierno. El proyecto es la máxima depuración del universo creativo de Jorge Riera, que ya había esbozado sus temas y personajes en cortos como Amanaun, el niño salvaje y Charlie busca, así como en los kriomix, historietas mutantes que hace algunos años circularon por Internet. La puesta de largo de Putokrío tendrá lugar en la web de Adult Swim (www.adultswim.es), hasta que, previsiblemente, cumpla su destino natural de integrarse en la oferta de animación adulta del canal TNT.

Adult Swim nació en Estados Unidos en 2001 como hijo adulto y nocturno de Cartoon Network: una franja para la animación destinada a espectadores de más de 17 años que no ha dejado de crecer y acoger propuestas heterodoxas y diversas, sin censura. Al contemplar algunas de las propuestas más recientes de Adult Swim —series como Squidbillies, Metalocalipsis, Superjail o The Drinky Crow Show—, uno cae en la cuenta de que South Park ya es historia. O, por lo menos, un modelo clásico cuya descendencia se ramifica en una fascinante diversidad de formas, capaces de pulverizar los límites de lo ofensivo sin por ello renunciar a una cierta poesía abisal.

Según Jorge Riera, "Putokrío es mi intento de hacer la comedia que me gustaría ver algún día y la animación con la que sueño todas las noches. Las comedias que más me gustan son aquellas que no parecen comedias, y la animación que más me gusta es aquella que no parece animación. Putokrío es ambas cosas. O eso espero...". De momento, la serie parece hacer realidad lo que, por estos lares, parecía utopía inalcanzable: que otra televisión —libre, radical, rabiosa— es posible. "Me considero a mí mismo una persona que provoca, conmueve y repugna a partes iguales, más o menos como el resto de seres humanos que he conocido hasta ahora. No veo por qué esta serie no habría de ser igual", remata Riera.

Algunos de los personajes de <i>Putokrio</i>.
Algunos de los personajes de Putokrio.

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