Los nuevos actores de la economía planetaria
EN UN CONTEXTO de crecimiento como el que el mundo experimenta -el ciclo expansivo más intenso desde las crisis del petróleo de los setenta-, los actores de la economía cambian de lugar: mientras los nuevos se sitúan con fuerza en la cartografía, los tradicionales se resisten a dejar su lugar predominante.
1. Private equity y hedge funds. Son las estrellas emergentes. No hay día que no se conozca el interés de uno de ellos por alguna gran empresa, muchas de ellas antiguos monopolios públicos que fueron privatizados. Estas fórmulas societarias se aprovechan de la globalización (mercados abiertos, desregulación, bajos tipos de interés, alta liquidez) para comprar empresas a las que sacan de la atención pública para trocearlas, hacerlas más eficientes (sea cual sea su coste) y volver a venderlas con grandes beneficios. Según el grupo de investigación Private Equity Intelligence, durante el primer semestre del año en curso las empresas de private equity han recaudado 240.000 millones de dólares para operar, frente a 10 millones en 1991. De ellas se discute su menor regulación y pago de impuestos en relación con las otras fórmulas con las que compiten.
El ciclo expansivo más intenso desde las crisis del petróleo de los setenta está variando la composición y el alineamiento de sus protagonistas. Lo nuevo llega y lo viejo se resiste a retirarse. Lo que significa transición
2. Los actores financieros. Los grupos bancarios eran hegemónicos en el panorama empresarial hasta hace bien poco. Ahora se lo tienen que ganar: por el aumento de la competencia, los cambios socioculturales y la tecnología, que da más poder al cliente. Lo tiene estudiado Manuel González Cid, director financiero del BBVA, que en una muy interesante ponencia sobre el asunto analiza la función clave de las entidades financieras en el desarrollo económico: en la intermediación del crédito, como captadoras de recursos que luego se canalizan a particulares, empresas y organizaciones; en la intermediación de pagos; en la administración de capitales y el impulso de los sistemas privados de pensiones; en la creación de productos cada vez más sofisticados para atender las necesidades cambiantes de los clientes, o impulsando el sistema de remesas de los inmigrantes, que desempeñan un papel significativo en las economías emergentes.
3. Los inmigrantes. También son una fuerza ascendente de la economía del siglo XXI, por los amplios movimientos planetarios de mano de obra. En 2006 se enviaron remesas por valor de 230.000 millones de dólares. España, por su parte, está inmersa en un ciclo migratorio largo, intenso y no agotado. En un estudio del que dispone el catedrático de sociología de la Universidad de A Coruña, Antonio Izquierdo, se desvelan algunas tendencias que contradicen tópicos con los que se trabaja: por ejemplo, una buena parte de los inmigrantes tiene previsto quedarse en España ocurra lo que ocurra en su país de origen. El modo de envío de sus remesas es, muy mayoritariamente, a través de agencias remesadoras o locutorios, teniendo los bancos un porcentaje muy pequeño de ese negocio.
4. Los países BRIC. Algunos países emergentes cambian el equilibrio geoeconómico vigente. Según el FMI, en el periodo 2007-2011, Europa crecerá a un ritmo anual del 2,4%; EE UU, al 2,8%; América Latina, al 4,1%, y Asia (sin Japón), al 7,2%. Según los últimos datos, en el primer semestre de este ejercicio, China creció a un ritmo del 11,5% interanual; si prosigue así, ya a finales del presente año sustituirá a Alemania como la tercera economía mundial.
5. Las multinacionales españolas. Otro actor al alza son las empresas multinacionales españolas, que poco a poco han abandonado su objeto social inicial, especializado, para convertirse en grandes conglomerados de infraestructuras. Aunque España no se encuentra entre los países más avanzados del mundo en renta per cápita ni en desarrollo tecnológico, y aunque es rara la empresa que cuenta con una marca de renombre mundial, cientos de empresas de matriz española hacen enormes avances dentro de la economía global.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.