Una vida no tan triste

Borja Pérez interpreta a Borja y Joseba Caballero se mete en la piel de Joseba. Esta pareja de treintañeros de Basauri protagonizan Qué vida más triste, la comedia que triunfó en Internet entre 2005 y 2008 y que, desde octubre pasado, emite La Sexta con una cuota de audiencia que ronda el 6%. En la serie, son amigos desde la infancia; en la realidad, también. En la ficción, Borja trabaja en una grúa y Joseba en un laboratorio; en la vida real, casi: Borja ha pedido una excedencia para grabar la segunda temporada de la serie, que empezará a emitirse en abril.

Pasar de la obra o la fábrica a los focos y las cámaras les supuso "un shock" al principio. "A la semana ya lo ves como un trabajo más", cuenta Pérez, quien lleva la fama con la misma sencillez: "Mola, porque tenemos la justa para no agobiarnos. No es como si fuéramos el Duque de Sin tetas no hay paraíso. Es raro cuando te habla alguien como si te conociera de toda la vida, pero también nos saludan chicas en los bares. Así que está bien".

"Al principio grabábamos en el cuarto de Borja para no molestar a su madre"

Los protagonistas son amigos de la infancia tanto en la serie como en la vida real

Rubén Ontiveros, guionista y creador de la serie recuerda sus comienzos con cariño: "Iba a casa de Borja con la cámara y grabábamos en su cuarto para no molestar a su madre". Entonces, marzo de 2005, se vivía el estallido de los blogs y Ontiveros, por entonces guionista en Vaya semanita (ETB-2), quiso hacer algo parecido en Internet, pero adaptado a sus habilidades profesionales, así que ideó un videoblog. Lo protagonizarían sus amigos de la infancia, con los que ya había grabado algún corto y constaría de breves capítulos semanales inspirados la vida real de éstos: anécdotas de los colegas del barrio, roces con las parejas, partidas con la PlayStation... "Entonces estaba seguro de que ya debía haber tres o cuatro videoblogs, pero parece que fuimos los primeros".

Poco a poco, ese formato en el que se hacía de la necesidad virtud alcanzó un éxito insólito -unas 40.000 descargas semanales- lo que allanó el camino a las ofertas de varias televisiones. La habitación, reproducida ahora milimétricamente en el estudio televisivo de K-2000 de Galdakao (incluida la misma colcha hortera), sigue siendo el escenario de los planos a cámara de Borja que se intercalan con la acción y en los que Ontiveros cifra la "frescura" de la serie. "Muestran lo cabrón que puede llegar a ser uno en sus pensamientos".

Caballero, que en la serie interpreta al contrapunto sensato, pero manipulable de Borja -de alguna forma, ambos reproducen los clásicos roles de Sancho y Quijote-, reconoce que sus personajes se parecen bastante a la versión real. "Borja es bastante maquiavélico, y yo es cierto que a veces me dejo llevar". Pero sigue siendo ficción, y como todos los actores, Caballero y Pérez están sometidos al capricho del guionista: "El grupo favorito de mi personaje es Turbonegro, pero yo soy más de rumba", remata el segundo.