"Una galería es algo más que colgar cuadros; debe provocar discusión"
Roberto Sáenz de Gorbea acaba de comenzar una nueva etapa al frente de la galería bilbaína Windsor Kulturgintza. Nueve meses de obras han permitido transformar la sala de exposiciones y reservar un espacio para el encuentro de artistas, coleccionistas y aficionados al arte contemporáneo.
Pregunta. ¿En qué proporción se reparten en una galería lo comercial y lo artístico?
Respuesta. Yo lo haría al 50%. El hecho expositivo también es cultural, pero la parte comercial es fundamental. Nos permite sobrevivir, seguir trabajando. Son sinergias. Las actividades fuera de la galería, como comisario de exposiciones, por ejemplo, y otro tipo de encuentros, repercuten en el negocio. Llegas a más personas y consigues que el arte se vea como algo más cercano, que se planteen adquirir una obra para tenerla en su casa.
"Apuesto por una feria en Bilbao, pero diferente a otras ferias comerciales"
P. ¿Cuál es el perfil de sus clientes?
R. No se puede acotar en un modo de vida o una profesión. Los compradores de arte vienen de todos los lados; es gente que ama el arte, que necesita tenerlo en su casa, que participa de los valores que tenemos nosotros, de reconocer el arte contemporáneo. Luego hay otra parte, la económica. Los clientes que se acercan al arte buscando una inversión, que a medio plazo ofrece una revalorización importante. Hay millonarios y gente humilde, que compra a plazos, aportando mensualmente una cantidad de su sueldo, con mucho esfuerzo. Yo les quiero a todos por igual.
P. ¿Ha cambiado el tipo de coleccionista?
R. Seguimos con las mismas pautas. Sí, existe un coleccionista emergente, gente que ha hecho dinero y se acerca al arte porque puede quedar bien socialmente. Pero en el espacio privado de encuentro que he creado en la galería quiero que la gente que se acerca por motivos económicos encuentre otros atractivos en el arte contemporáneo. Quiero conseguir que afiancen unos conceptos que les ayuden a conocer el arte. Una galería es algo más que colgar los cuadros de una exposición; debe generar espacios de debate, provocar la discusión.
P. ¿Qué le parece la idea de crear una feria de arte contemporáneo en Bilbao?
R. Apuesto por una feria en Bilbao, pero diferente a otras ferias comerciales al uso. Bilbao necesita un hecho cultural relevante, en el que la ciudad con el Guggenheim y el Museo de Bellas Artes utilice su poder de llamada. Tenemos que conseguir un festival de las artes paralelo a un feria de arte, una feria pequeña en cuanto a número de participantes, con 60 o 70 galerías importantes de España y de Europa.
P. ¿A quien le correspondería ponerla en marcha?
R. A la voluntad de las instituciones, que son las que deben aportar las energías inciales, tanto económicas como humanas Esto lo hemos discutido en Bilbao Contemporáneo, la asociación de galerías de Bilbao. Es la única manera de situar a Bilbao en el plano internacional. Ese festival no tiene por qué ser anual. El esfuerzo es enorme y necesita tiempo. Puede ser bienal o trienal. Ha habido diálogo para hacerlo, pero nada más.
P. ¿Cómo ve a las nuevas generaciones de artistas?
R. Superinteresantes. Creo que tenemos una serie de artistas que trabajan muy bien.
P. ¿Recomienda a sus clientes que compren fotografía y nuevas tecnologías o que sigan pegados a la pintura?
R. Que compren lo que les guste. Yo no puedo recomendar fotografía, pintura o escultura. Hoy en día, esa decisión está en el propio artista, que no se encierra en una técnica y se abre a las herramientas que le ofrece el mundo actual.
P. ¿La nueva etapa de la galería traerá nuevos artistas?
R. En la nueva etapa va a haber menos exposiciones. Creo que vivimos a mucha velocidad y un mes o mes y medio es poco tiempo para que el visitante pueda verla. Ahora van a durar dos meses. Voy a seguir manteniendo la exposición colectiva de artistas jóvenes. Es un compromiso personal con la Facultad de Bellas Artes que es muy positivo para todos.
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