La 'Supersur' arranca en mayo

La carretera más cara jamás proyectada en Euskadi, la Supersur (1.290 millones de euros de inversión para un total de 36 kilómetros), empezará a construirse el próximo mes de mayo después de que ayer se adjudicasen por casi 408 millones sus primeros cuatro tramos. Como ya se había anunciado, cada uno de los cuatro proyectos será ejecutado por uniones de empresas diferentes, de forma que confluyen hasta 16 constructoras en esta primera fase. Si no se producen demoras, los trabajos estarán concluidos a principios de 2010. La Supersur es el primer proyecto viario que utiliza la contratación a precio cerrado, que traslada los costes o demoras a los constructores.

Casi seis años después de que se retomase el proyecto, cuyo primer esbozo se remonta a 1988, empezará a construirse la autovía que pretende ofrecer una alternativa a la actualmente saturada A-8. Además de ser la carretera más cara, es la segunda infraestructura en marcha que supone una mayor inversión en Euskadi, sólo superada por la Y ferroviaria, presupuestada en estos momentos en unos 5.000 millones.

La Supersur se ha dividido en tres fases. Primero se acometerá la más cercana a la capital, entre Bilbao y Portugalete, que se pretende culminar para 2011 y en la que se incluyen los cuatro tramos adjudicados ayer. A partir de 2012, aunque todavía sin unas fechas definidas se ejecutarían la segunda fase (Arrigorriaga-Galdakao) y la tercera (Trapagaran-Muskiz).

La primera fase supondrá una inversión cercana a los 700 millones, según los cálculos de los proyectos de trazado de sus seis tramos. La sociedad foral Interbiak, encargada de gestionar los proyectos viarios de Vizcaya y el peaje en la A-8, adjudicó ayer los cuatro tramos iniciales por 407,9 millones, que son los más complicados, al discurrir de forma subterránea en su mayoría. De los diez kilómetros de trazado, casi ocho discurrirán a través de túneles. La Diputación vizcaína decidió iniciar la Supersur por estas zonas con el fin de ajustar más el plazo de ejecución de toda la autovía.

Un total de 16 empresas, distribuidas en cuatro uniones temporales, se encargarán de los trabajos. Entre ellas se encuentran las principales constructoras vascas, como Murias, Altuna y Uria, Otaduy o Urazca. El tramo más caro es el Trapagaran-Gorostiza, con 117,3 millones de euros, que incluye dos túneles de 1,8 y 0,6 kilómetros respectivamente y dos viaductos de casi 100 metros de longitud cada uno. Sin embargo, el departamento foral de Obras Públicas y Transportes considera que la conexión entre Cadagua y Peñascal (111,9 millones) resultará el más complicado debido a la orografía y porque discurre debajo de la actual incineradora de basuras Zabalgarbi y una mina.

La Supersur será el primer proyecto viario en Euskadi que utilice una nueva fórmula de contratación a precio cerrado, que significa el traslado de la responsabilidad a los constructores, quienes deberán asumir posibles sobrecostes y la demora en los plazos de ejecución.

Cuatro nuevas variantes

La institución foral mantiene su intención de que la primera fase de la Supersur esté en funcionamiento en 2011. La autovía será de peaje -habrá dos cabinas y un centro de control en Bilbao- y el canon será más caro que el de la A-8. No hay cifras concretas, pero variará en función de horarios y trayectos para incentivar los viajes de largo recorrido. La Diputación pretende que absorba 42.000 vehículos diarios y que sea utilizada de manera obligatoria por el transporte pesado que ahora transita por la A-8.

Por otro lado, el Consejo de Gobierno foral adjudicó ayer por más de 97 millones las obras de cuatro variantes, el desdoblamiento del acceso a Bilbao por Enekuri y el tramo principal de renovación de la entrada de Begoña. Las circunvalaciones que se construirán serán de las de Igorre, Lekeitio, dos fases de Gallarta y la última fase de la de Gernika.