"Creamos un paisaje excremental"

Daniel Canogar es en la actualidad uno de los artistas emergentes más destacados de España. Su videoinstalación Travesías preside desde enero el atrio de la sede del Consejo de la Unión Europea en Bruselas, coincidiendo con la presidencia semestral española de la UE. Hasta el próximo 5 marzo presenta en el centro Koldo Mitxelena de San Sebastian, junto a Stephen Dean, la exposición Process in dialogue, que aborda el proceso de creación de las obras a través de diferentes piezas.

Una de las líneas de trabajo más conocidas de Canogar consiste en reciclar residuos para transformarlos en arte, como una forma de reflexión sobre "la sociedad del exceso, del usar y tirar", explica. En enero pasado impartió un curso práctico sobre este asunto en Arteleku.

"Ha sido un reto crear la instalación colocada en el atrio del Consejo de la UE"

Hace unos años que este artista empezó a visitar centros de reciclaje, desguaces y vertederos en la periferia de Madrid. "Me quedé asombrado ante este nuevo paisaje que yo llamo excremental y que estamos creando entre todos. Cuando llegas a verlo y olerlo, te marca muchísimo", señala.

De esa cita con la basura surgió la serie Otras geologías, grandes murales fotográficos que retratan montañas de residuos como si fueran "cortes geológicos". En este caso, los "estratos" son capas de residuos de distintos tipos, que retratan a la sociedad que los genera.

Ahora, cuando acude a los centros comerciales, Canogar ve todos esos materiales como basura en potencia. "Empiezo a entender la ciudad como un gran monstruo generador de residuos", indica.

Sus últimos trabajos están relacionados con "el residuo tecnológico". Ha creado obras con miles de bombillas fundidas, vídeos, cables... "material que tuvo un uso, que procesaba información, que tenía una energía y que muere", señala. Él lo recupera y, a través de su trabajo artístico, intenta darle una nueva vida.

Este interés por reciclaje no es exclusivo de los artistas de su generación. Ha sido una constante en el arte. Como explica Canogar, "el artista en general es un gran reciclador, siempre ha picoteado en materiales del pasado e intentado darle un nuevo sentido al presente. En los años 70, algunos lo trabajan de forma literal, incluso con cierta estética pop. En los últimos años, este interés tiene un enfoque más ecológico".

Las videoproyecciones sobre grandes monumentos son otra faceta de este creador. "Me interesa mucho salir del espacio expositivo de la galería y trabajar con el espacio público", comenta.

La Puerta de Alcalá, el Alcázar de Segovia, los arcos de Lapa (Río de Janeiro, Brasil) y la iglesia de San Pietro in Montorio (Roma) son algunos de los monumentos sobre los que ha trabajado. En el Alcázar creó "una especie de asalto colectivo" sobre la fachada, con imágenes grabadas del público simulando que escalaba.

La obra Travesías, de 33 metros de largo y colgada a ocho metros de altura en el atrio de la sede del Consejo de la UE, será, probablemente, una de las más recordadas de su trayectoria. Confiesa que ha sido un proyecto "muy complejo por las limitaciones de luz y las medidas de seguridad". "Ha sido un gran reto, pero he quedado muy contento", apunta.

¿Qué representa la pieza? "El atrio es una zona de paso por el que se cruzan constantemente miles de personas. He instalado una pantalla que parece un camino, en la que se proyectan las imágenes de personas que caminan o se arrastran. Es un itinerario que tiene curvas, subidas y bajadas. Representa que el camino que hacemos en Europa no es recto, tiene obstáculos".

Una vez finalizada esta instalación, Canogar se ha puesto manos a la obra con la preparación de una gran instalación artística para el Museo de Ciencias Naturales de Nueva York, que formará parte de una exposición científica sobre el cerebro.

¿Ha influido su padre, Rafael Canogar, en su obra? "Los padres influyen a todo el mundo y el evidentemente el mío también, sobre todo porque me ha permitido ver que no es nada raro ser un artista profesional".