La nueva ortografía
Tras dos obras como la Nueva Gramática de la lengua española y el Diccionario de Americanismos, ambas marcadas por el ánimo integrador de los estándares americanos, tradicionalmente ninguneados por la academia, llega esta Ortografía de la lengua española, en la que la RAE se arroga el poder de decidir sobre estas mismas variedades, parece ser que con el criterio de que los nombres de las letras se hallan bajo su jurisdicción.
¿Por qué la palabra tonto puede tener centenares de sinónimos, de acuerdo con la variedad dialectal del español, pero la pobre y griega carece de tal privilegio? ¿Qué ha hecho la be baja para caer en el ostracismo académico?
La Academia, con esta decisión, parece ignorar el hecho de que el lenguaje es de los hablantes y que no está en su mano modificar el uso, sino que su misión es describir la norma culta (y no trastocarla). No, señor López Morales, no "es casi un deber de las academias hacer estos planteamientos". Y, para colmo, la RAE lleva a cabo esta reforma léxica en un libro llamado Ortografía.-
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