El frágil sueño de Obama
Desde el famoso I have a dream de Martin Luther King hasta el Yes, we can de Obama han pasado 40 años. Y el sueño del primero se hizo realidad en el momento que este último fue investido como cuadragésimo cuarto presidente de Estados Unidos.
Pero el sueño de Obama se está resquebrajando, pues erró en el cálculo. Pensó que su poderosa arenga electoral podría empezar a cambiar a la en el fondo fuertemente reaccionaria sociedad americana, la de los valores profundos de los conservadores de la esencia americana representada por el Tea Party.
El sueño de Obama no es imposible de alcanzar. El de Martin Luther King también lo parecía. La cuestión es saber cuánto tiempo será necesario para que se logre arrinconar a las fuerzas retrógradas que no quieren admitir que ninguna sociedad podrá realmente considerarse humana hasta que en su seno no exista una auténtica justicia social, no supeditada a los dictados del capitalismo salvaje que impera en la actualidad.
El día que este no pueda imponer sus injustas normas de convivencia y triunfen las leyes que consoliden la verdadera igualdad entre todos los ciudadanos sin distinción, el sueño de Obama se hará realidad. Aunque tengan que pasar 40 años más.
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