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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

... y de campaña electoral

Las turbulencias económicas internacionales y las insuficiencias del modelo español han empezado a manifestarse cuando faltan dos meses para unas elecciones generales sin claro favorito, según pronostican los sondeos. Los socialistas imaginaban que la economía sería un argumento poderoso para defender su gestión durante una legislatura en la que algunas iniciativas políticas no han sido bien comprendidas por su electorado. De algún modo, el deterioro de las expectativas económicas ha pillado desprevenidos a los dos principales partidos, lo que afectará a sus respectivas campañas.

Ante el nuevo panorama económico, la tentación del PSOE podría ser encastillarse en el balance de sus fructíferos cuatro años al frente del Ejecutivo, minimizando las sombras que se proyectan en el horizonte. La tentación simétrica de los populares podría ser la de minimizar el balance y concentrarse en las sombras, redoblando el discurso catastrofista. En ambos casos se estaría hurtando a los ciudadanos un debate imprescindible. Pese a las turbulencias, la economía española no está enteramente a merced de factores ajenos al control del Ejecutivo, sino que cuenta con recursos para atenuar y contrarrestar sus efectos. Dependerá de las políticas que aplique el Gobierno que se constituya a partir de marzo; políticas que deberían explicarse a los ciudadanos durante la campaña.

Sería absurdo que, en lugar de hacerlo, los candidatos perdiesen el tiempo en disputas sobre si los socialistas han dilapidado o no "la bonanza del PP", como han dicho sus dirigentes. Se trata de una polémica estéril, entre otras razones porque esa bonanza es obra de todo un país, no de un partido. Hoy ese país se enfrenta a un futuro más incierto, y lo que corresponde a partidos y candidatos, y más en campaña, es explicar sus políticas económicas. Porque en esta ocasión esas políticas son, sencillamente, decisivas.

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