Recortes injustos a los investigadores
La situación de los jóvenes investigadores españoles es precaria, un oscuro limbo de incertidumbre y abusos laborales. El más reciente ha sido un intolerable recorte del 5% en nuestras nóminas al amparo del real decreto de ajuste presupuestario. Un recorte injusto y discriminatorio, dada la falta de derechos que sufrimos en comparación con otros empleados públicos.
Entre otras muchas cosas, nuestra figura no está adecuadamente reconocida y recogida en los estatutos universitarios o los convenios colectivos. En la Universidad de Salamanca, como en otras universidades como la Complutense de Madrid, nos hemos unido para luchar contra esta situación. Nos enfrentamos a la incomprensión de gran parte de la sociedad, que nos ve como unos privilegiados porque apenas sabe de esta falta de derechos. Bien se encargan las Administraciones de ocultarla tras el velo de la supuesta excelencia investigadora.
Más grave aún es la incomprensión en el seno de la propia Universidad. A pesar de los avances conseguidos en los últimos años y de las muestras de apoyo que ahora recibimos, la estructura académica tiende a reproducirse, y con ella, las ambiciones particularistas y las situaciones injustas.
Debemos romper el círculo vicioso de la endogamia en la Universidad. Eso solo será posible si nos sobreponemos a las luchas sectoriales que minan lo que debería ser el esfuerzo colectivo fundamental: una enseñanza universitaria y una investigación públicas y de calidad.
Y para alcanzarlo, uno de los pasos esenciales es la dignificación del trabajo de quienes desde hoy se inician en el proyecto, pero aspiran a liderarlo conjuntamente en el futuro.
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