Misión cumplida
El próximo martes se cumplirán cuatro años desde que George W. Bush, disfrazado de piloto, proclamara a los cuatro vientos desde la cubierta del portaviones Abraham Lincoln: "Mission accomplished", misión cumplida. Pues bien, además de los 650.000 civiles asesinados en un Irak dividido y con una economía arrasada, junto al cheque en blanco ofrecido a Al Qaeda, ahora crecida hasta límites insospechados, el panorama de la riqueza bibliográfica iraquí presenta el siguiente escenario: los incendios provocados por los bombardeos arrasaron la Biblioteca Nacional de Bagdad, un edificio abierto en 1977 y de más de 10.000 metros cuadrados. Con el edificio desaparecieron miles de manuscritos de incalculable valor: el Canon en medicina, de Avicena; el Tratado sobre los números, de Abu Said al-Magribi; el Tratado sobre pesos y medidas, de Kadim B. Qasim al-Hasani...
Todo fue pasto de las llamas y del expolio. Porque, debe saberse que también hubo un considerable robo y muchos manuscritos y joyas bibliográficas aparecieron en las subastas de un conocido marchante en Nueva York que terminó siendo detenido por el FBI. También fue incendiada hasta la destrucción total la Biblioteca Universitaria de Mosul. Y la de Basora. Y la de Kerbala. Y la de Nayaf. Y el Museo Nacional de Arqueología de Bagdad. Muchos de sus tesoros se vendieron, otra vez, en Nueva York. Se perdió para siempre toda la Sección Documental del Imperio Otomano, el Archivo Moderno de Irak y el documentado Archivo de la Prensa.
Si son ciertas las palabras del presidente estadounidense y la misión fue cumplida, los señores Bush, Blair y Aznar López deberían comparecer ya ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya.
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