Lenguas contra personas
A Cristina Peri Rossi, escritora uruguaya afincada en Barcelona desde 1972, le han comunicado que no podrá seguir participando en el programa de Catalunya Ràdio del que era colaboradora desde hace dos años. La razón: que se expresa en castellano, siendo así que la Carta de principios de la radio pública catalana establece que tendrán prioridad los invitados que lo hagan en catalán. Una ulterior "comunicación verbal" precisaba que esa norma implicaba la prohibición de contar con colaboradores fijos que hablaran en castellano, según ha explicado la propia escritora.
La pasión de los oficinistas dela lengua por regular al milímetro lo que habla la gente roza el esperpento. La invitación a la delación entre comerciantes por no rotular en catalán ya había revelado el espíritu coactivo que mueve a esos celadores. Este último episodio cubre de ridículo a la Corporación Catalana de Radio y Televisión, y compromete el argumento de que en la realidad social no hay ningún problema, pues existe una convivencia lingüística espontánea que permite a todos los ciudadanos participar en la vida pública al margen de cual sea su lengua de comunicación.
En el programa semanal en que participaba Peri Rossi ella hablaba en castellano y el resto de los contertulios en catalán. Eso es convivencia lingüística espontánea. Pero a los censores vocacionales les debió parecer que eso vulneraba los derechos de la lengua catalana, y han decidido vulnerar los laborales de esta escritora que llegó a Cataluña hace 35 años, huyendo de la dictadura militar de su país, y que poco después tuvo que exiliarse en París, huyendo de la dictadura franquista a causa de sus actividades opositoras al régimen; entre otras, en defensa del catalán.
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