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Comprometidos por el Mediterráneo

Hoy, 4 de marzo, supone un hito para la construcción del espacio euromediterráneo y en concreto para el desarrollo de la Unión por el Mediterráneo (UpM). Es la fecha del lanzamiento del Secretariado de esta Unión y del nombramiento de su secretario general, Ahmad Mas'adeh. La puesta en marcha de esta nueva institución abre una nueva etapa de cooperación, preludio de los éxitos que esperamos cosechar en el Mediterráneo durante este primer semestre del año 2010.

Nuestro objetivo es la consolidación de la Unión por el Mediterráneo. Esta nueva fase de las relaciones euromediterráneas se inició hace casi dos años en la cumbre de París. En esta cumbre se reunieron 43 jefes de Estado y de Gobierno y se sentaron las bases de una asociación más dinámica entre los países de la Unión Europea y sus socios mediterráneos. Esta Unión abrazó, desde sus orígenes, los principios, valores y objetivos que nos habíamos fijado hace 15 años en la Declaración de Barcelona: queremos trabajar conjuntamente para hacer del Mediterráneo un espacio de paz, desarrollo e intercambio humano y cultural.

Nace en el palacio de Pedralbes la Secretaría de la Unión por el Mediterráneo

Esta Unión heredera del Proceso de Barcelona introduce novedades necesarias: una nueva metodología de trabajo orientada hacia la puesta en marcha de proyectos concretos, una nueva arquitectura institucional en la que destaca un sistema de co-presidencias paritarias para las cumbres o reuniones ministeriales y el Secretariado permanente. En fin, una filosofía que consagra el principio de la co-apropiación. Esta iniciativa hará que los países del Norte y del Sur del Mediterráneo compartan un mismo análisis de los retos y lleven a cabo una movilización de recursos sin precedentes para hacerles frente. Así podremos avanzar hacia un Mediterráneo más seguro, más estable y más próspero.

Conscientes del impulso que supuso la cumbre de París, nuestros tres países estamos ahora igualmente implicados en la preparación de la cumbre de Barcelona del día 7 de junio. Creemos que esta cumbre ha de certificar la consolidación de la UpM. Será la ocasión para que los 43 miembros de esta Unión lancemos un mensaje de unidad y confirmemos así nuestro compromiso para dejar a un lado las diferencias y trabajar codo a codo en grandes proyectos en los ámbitos del transporte, la energía o del desarrollo sostenible. El objetivo es mejorar visiblemente las condiciones de vida de nuestros conciudadanos. La cumbre de Barcelona también será una magnífica oportunidad para reiterar nuestro compromiso con la paz, especialmente en Oriente Próximo pero también en el conjunto del espacio euromediterráneo.

La cumbre de Barcelona será el punto álgido de la UpM este año, pero será precedida en los próximos meses por diversas y muy importantes reuniones mi

nisteriales sectoriales en Barcelona, Dubrovnik, El Cairo o la ciudad eslovena de Brdo. En estas citas se abordarán cuestiones tan fundamentales como la gestión de los recursos hídricos, la protección del medio ambiente, el impacto y potencial de la actividad turística, la energía, la agricultura y la seguridad alimentaria o la investigación y la educación superior.

Por lo tanto, en estas reuniones ministeriales y de expertos se tratarán temas que tienen un alcance global: la salida de la crisis económica, el cambio climático y la necesidad de avanzar hacia un nuevo paradigma energético. Aspectos que, de hecho, dejan sentir sus efectos con especial intensidad en una región frágil en la que persisten grandes disparidades entre las dos orillas de este mar común. Esperamos que la cumbre de Barcelona pueda incorporar estos aspectos de justicia e igualdad en sus conclusiones.

La intensidad de nuestra agenda de trabajo en los próximos meses es la mejor garantía para relanzar las relaciones euro-mediterráneas. También lo son los avances en el ámbito institucional. El mecanismo de las co-presidencias está desarrollando un papel valiosísimo de impulso político. Gracias al papel central de las co-presidencias, las graves dificultades políticas que la región experimenta no conllevan un bloqueo permanente de esta iniciativa. La puesta en marcha del Secretariado de la UpM, en el magnífico Palacio de Pedralbes, es una excelente noticia. Estamos convencidos de que va a tener un efecto multiplicador de los esfuerzos en favor de la paz y la prosperidad. Nos congratulamos también de que la Comisión Europea esté implicada en los trabajos de la nueva Unión por el Mediterráneo y de que, al mismo tiempo, esta Unión aproveche plenamente su experiencia.

A lo largo de los próximos meses queremos enviar una señal clara: estamos construyendo una Unión por el Mediterráneo para las personas y con las personas. No se trata de crear una nueva burocracia sino, sobre la base de los compromisos de París, hacer que nuestros conciudadanos sean los beneficiarios últimos de unos proyectos que han de alcanzar una mayor protección medioambiental, estar mejor preparados para hacer frente a desastres naturales, crear más empleo, mejorar las vías de comunicaciones o avanzar hacia un espacio euro-mediterráneo de educación superior y de investigación.

Insistimos en que ésta es una Unión no sólo para las personas sino con ellas. Existe una densa malla de actores implicados en la Unión por el Mediterráneo. Junto a los Gobiernos de los 43 Estados, contamos con los esfuerzos de las instituciones de la UE, de nuestros parlamentarios, de las autoridades locales y regionales, de los agentes económicos y de la sociedad civil en su sentido más amplio. Todos estos actores se reunirán bien pronto para aportar su contribución al proceso. Estamos, pues, ante una Unión por el Mediterráneo inclusiva, que escucha y canaliza la voz de todos aquellos que creemos y trabajamos al servicio de un futuro común más justo y más seguro.

Nuestro compromiso con el Mediterráneo es duradero. Es un compromiso que va más allá de las necesidades del contexto, que tiene unos objetivos a largo plazo: la paz, el Estado de derecho y la prosperidad económica. Va a superar los obstáculos que se pongan por delante y va a estar preparada para afrontar mejor nuestro futuro. Esta es nuestra apuesta. Esta es también nuestra motivación para desarrollar y consolidar, a través de la puesta en marcha del Secretariado en Barcelona, la Unión por el Mediterráneo. Una gran iniciativa para nuestros países y nuestros conciudadanos.

Miguel Ángel Moratinos, Ahmed Aboul Gheit y Bernard Kouchner son ministros de Asuntos Exteriores de España, Egipto y Francia, respectivamente.

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