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Un vuelo con demasiado riesgo

La Guardia Civil investiga por qué el piloto muerto en Villaviciosa de Odón sobrepasó el horario permitido - El fallecido tenía licencia desde hacía un año

F. Javier Barroso

Todo son preguntas sobre el accidente que costó la vida a Pablo Solsona, el piloto de nacionalidad argentina de 37 años que se estrelló la noche del pasado jueves en Villaviciosa de Odón. A esas horas está prohibido volar y él lo sabía. Desde hacía un año tenía la licencia y acostumbraba a salir todos los días. Sus familiares y allegados no se explicaban ayer en el tanatorio de Móstoles lo que le pudo ocurrir a este hombre "vital y enérgico" que ya había fijado la fecha de su boda.

El accidente se produjo poco antes de las once de la noche del jueves, cuando Solsona sobrevolaba la urbanización El Bosque, en Villaviciosa de Odón. Por razones aún no esclarecidas, chocó contra un cable de alta tensión de la Red Eléctrica Española. Se produjo entonces una fuerte explosión y un apagón momentáneo de las luces de la zona, entre ellas las farolas de la carretera. El ala delta con motor cayó envuelta en llamas en el kilómetro 11 de la M-501. La suerte hizo que en ese momento no pasara ningún coche por la zona.

La normativa actual sólo permite volar media hora después del ocaso. Se supone que es el tiempo que necesita el piloto para regresar al aeródromo. Los compañeros de Solsona recordaron ayer que éste salió de la oficina el jueves a las 19.15, más tarde de lo habitual. Se dirigió, como siempre, al aeródromo de Villanueva de la Cañada, al que pertenecía y donde guardaba su aeronave. A esa hora ya solía estar en el aire, pero se retrasó. Quizá eso motivó que se despistara y se le echara el tiempo encima. Fuentes policiales y de la Guardia Civil confirmaron que recibieron varias llamadas durante la tarde-noche que alertaban de que el ala delta de Solsona estaba volando por la zona. Le vieron por encima de Villaviciosa y de Brunete. "Todo son elucubraciones. Quizá se quedó sin combustible o se le echó la noche encima y se despistó. O también pudo creer que veía bien desde allá arriba. O le surgió un problema y no pudo reaccionar a tiempo", aventuraban sus compañeros de trabajo. "Se dicen muchas cosas, pero lamentablemente no se puede saber nada de lo que ocurrió. Él tenía la experiencia suficiente para planear y poder aterrizar en un lugar seguro", añadieron.

El equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Villaviciosa estaba ayer a la espera del resultado de la autopsia para cerrar el caso. Los agentes del instituto armado que estaban de guardia preguntaron en la madrugada del viernes por la zona cercana al accidente para poder identificar al fallecido, ya que, al quedar su cuerpo calcinado, no se pudo recuperar su documentación. Los responsables del aeródromo de Villanueva les explicaron que estaban esperando a un piloto que salió tarde. Era el que conducía el ala delta accidentada.

Pablo Solsona llegó a España hace unos 10 años tras haber vivido en diversos países, entre ellos Suráfrica. Ingeniero de profesión, dirigía junto con un socio dos empresas en Pozuelo relacionadas con las telecomunicaciones. Tenía a su cargo una quincena de trabajadores.

Se sacó el título de piloto de ultraligeros hace un año y tres meses. Era una de sus grandes pasiones, según reconocía ayer su socio, Juan Manuel. "Le encantaban los deportes y, sobre todo, los de alto riesgo. En invierno, por ejemplo, no perdonaba el esquí". "Era muy vitalista. Como persona, era excepcional y muy tranquilo. Siempre se interesaba por todo el mundo", resumía su socio.

La familia de Solsona, que todavía no había llegado a Madrid ya que volaba desde el extranjero, no había decidido ayer si repatriará el cuerpo a Argentina.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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