El transporte público ha subido muy por encima del IPC desde 2000

El ministro de Fomento, José Blanco, se descolgó ayer con unas declaraciones que hacían referencia al transporte en la Comunidad de Madrid: "Sería bueno que se rebajara el precio del Metro de la misma forma que nosotros rebajamos el precio de los trenes de cercanías", afirmó el ministro. Habrá que ver si el Gobierno regional toma nota o no de las declaraciones de Blanco.

A propósito del precio del transporte en Madrid, el sindicato UGT ha elaborado un estudio en el que se afirma que el precio del abono transporte en la Comunidad de Madrid ha subido muy por encima del IPC desde el año 2000. Lo mismo le ocurre al billete de 10 viajes, que vale tanto para el metro como para el autobús.

El metrobús cuesta 9,30 euros; si se le hubiera aplicado solo el IPC, 5,82

El estudio de UGT resalta que se penaliza a los viajeros habituales

En 2000 el abono mensual en la zona A costaba 27,77 euros, mientras que en 2011 sale por 47,60. Pues bien, si se le hubiera aplicado estrictamente la subida del IPC su precio sería de 38,17 euros, es decir, 9,43 euros menos. Si eso se multiplica por los 12 meses del año el resultado es de 113,16 euros más que paga el usuario que si se hubiera aplicado únicamente el IPC.

En el caso del abono joven (hasta los 22 años), en 2000 tenía un precio de 19,26, mientras que ahora está en 30,50 euros. Con la aplicación del IPC debería costar 26,48, cuatro euros menos que en la actualidad. En el total del año son 48,24 euros más que hay que pagar.

La comparación con el resto de abonos también es sintomática: la diferencia entre la tarifa de 2001 y el IPC acumulado es de 135,12 euros al año para la zona B1; 145,68 para la B2; 174,72 para la B3; 178,8 para la C1 y 200,52 para la C2. Es decir, que la subida aplicada año tras año por el Consorcio ha perjudicado más a los viajeros que se encuentran más alejados de la capital.

Si se toma en consideración el billete de 10 viajes se ve que el precio ha pasado de 4,24 euros (705 pesetas de las de entonces) en 2000 a 9,30 euros en 2011, es decir, más del doble. Por el camino ha habido algunas subidas importantes, como las que se produjeron en 2008 (el metrobús subió en enero y en agosto) y el billetazo de 2010, cuando pasó de costar 7,40 a 9 euros, un 21,6% más en un solo año. Pues bien, si solo se hubiera aplicado el IPC anual, el bonometro costaría en la actualidad 5,82, una diferencia más que apreciable con la tarifa actual.

Paradójicamente, el billete sencillo, que es el menos utilizado porque solo lo cogen viajeros ocasionales, no ha seguido la misma pauta. En el año 2000 costaba 0,81 euros (135 pesetas de entonces) y ahora está a 1 euro. Si se le hubiera aplicado el IPC a rajatabla, hoy estaría en 1,12 euros. Es decir, que parece que el Gobierno regional beneficia sobre todo a los menos habituales a montarse en metro y autobús.

Según UGT, la política llevada a cabo por el Consorcio de Transportes lo que hace es castigar a los usuarios habituales de metro y autobús, algo agravado, además, por la crisis económica. El sindicato propone reducir el precio del abono para las rentas más bajas y los parados, y abaratar el transporte en momentos en que, como las pasadas semanas, hay altos índices de contaminación.

El Gobierno regional no quiso ayer comentar el informe de UGT ya que lo desconocía. Un portavoz afirmó que en 1987 el abono de la zona A costaba 3.000 pesetas (18 euros), y que basta con aplicar el IPC desde entonces para ver cómo ha evolucionado. Según el Instituto Nacional de Estadística, la variación desde entonces ha sido de un 139,4%: es decir, hoy debería costar 43,09 euros.