La música de una fachada moderna
El hotel Eurobuilding I muestra la modernidad y contención de Eleuterio Población Knappe, fallecido la semana pasada a los 83 años
Dentro del edificio Eurobuilding I hay un logo modernísimo con las letras e y b minúsculas enfrentadas. Elegante y sencillo, es de mármol blanco y parece incrustado en la pared de hormigón como si tal cosa. "Este tipo de detalles son para llorar; ya nadie hace virguerías así. Primero, se te tienen que ocurrir, y luego, aunque no lo parezca, suponen demasiado trabajo... La obra de Población está llena de ellos". El arquitecto Eduardo Delgado Orusco habla con pasión del trabajo de Eleuterio Población Knappe, que murió en Madrid el pasado 17 de noviembre a los 83 años. Nacido en Huelva en 1928, en la clínica de su padre, médico, fue el arquitecto del Meliá Don Pepe de Marbella y del auditorio de la Expo 92 en Sevilla. En Madrid tiene hitos como los Eurobuilding o el Edificio Beatriz (el del Vips de Velázquez). Inmuebles que todo madrileño ha visto mil veces, aunque no recuerde exactamente, porque tienen un punto de anonimato; parecen querer pasar desapercibidos (cosa rara en arquitectura). Y merecen una segunda mirada.
"Población era un arquitecto respetado pero muy poco conocido, uno de esos magníficos secundarios... Yo estudié en Madrid y nadie en toda la carrera me habló nunca de él", explica Delgado, que para reinvindicar su figura tiene en galeras un libro sobre el edificio Beatriz (del que es restaurador). Para documentarse habló muchas veces con Población, la última hace unos cuatro meses. "Muy hasta el final iba cada día al estudio", recuerda, "y no tenía amargura alguna por haber sido olvidado". ¿Por qué con más de 700.000 metros cuadrados construidos y 50 años de carrera, apenas hay literatura sobre Población? "Tenía un carácter difícil y un desinterés total por figurar. Ni siquiera le importaban demasiado las cuestiones estilísticas, sino que los edificios durasen, que estuviesen bien hechos... Era todo lo contrario a un auteur, era un constructor", dice Delgado. "Hacer las cosas bien no es un discurso que venda en una profesión en la que parece que nos enseñan a ser genios".
El talento de Población, un apasionado de las matemáticas y la música, es depurado, geométrico y exacto, armónico. Parafraseando a Goethe, pensaba que la arquitectura es música petrificada. Hace seis años, en su discurso para la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, reflexionaba: "Es labor de los arquitectos el conseguir espacios sonoramente armónicos, la proporción, el ritmo, las matemáticas al fin han sido la clave para edificar las más hermosas construcciones desde los tiempos de las pirámides".
Era estricto y contenido. Quizás eso también le hizo poco sexy para la arquitectura de papel. Hace unos días, Ricardo Aroca, exdecano del Colegio de Arquitectos, señalaba en su obituario publicado en este periódico: "Daba la impresión de tener el don de encontrar la sencillez sin necesidad de pasar por el duro proceso de eliminación progresiva de lo superfluo (que tanto juego da a los que escriben y hablan sobre la arquitectura), lo que es excelente para la obra, pero proporciona poco lucimiento en el mundo académico".
La abundante obra que Población construyó sobre todo entre los cincuenta y setenta forma un conjunto ecléctico pero coherente. "Edificios inequívocamente modernos, volúmenes prefabricados, escalas grandes, geometrías depuradas, mucha investigación... Era un tipo complicado", opina Delgado. Ejemplo de sus grandes volúmenes de líneas limpias es el Eurobuilding I, uno de los primeros hoteles de convenciones de Madrid (Población construyó una treintena en España y el extranjero). 40 años después de ser levantado, su perfil, sigue resultando actual. "Es un edificio magnífico", dice Javier Friera, director del NH que lo ocupa. "Todos los salones tienen luz natural, está muy bien distribuido, los espacios son diáfanos, las circulaciones son buenas...". Es decir, funciona, que es lo que uno quiere que haga un edificio de 440 habitaciones, 250 empleados y hasta 3.000 usuarios al día. Los dueños debieron quedar contentos, porque años después, en 1979, le encargaron el Eurobuilding II, en Orense.
En los sótanos del primer hotel, el gerente guarda las maravillosas fotos de la época de inauguración. Papel psicodélico en las paredes, estampados setenteros en las alfombras, increíbles tapizados en la boite... También hay planos aéreos de la plaza de Cuzco: solares, cuatro coches, la nada más allá. "Para entender a Población hay que ponerse en la España de los sesenta, la del estilo imperial y los obreros con pañuelos de cuatro nudos en la cabeza...", dice Delgado. Población, por su parte, había pasado veranos en Alemania (la patria materna) ayudando a la reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial, hablaba de "Mies" así, sin apellido (Van der Rohe), dominaba cinco idiomas, estudió medicina antes de arquitectura, fue pintor y escultor y quería hacer hoteles a la americana, como Bunshaft. "Imagino que en aquella España le debían mirar como a un marciano", dice Delgado.
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