"Cada mes le pongo 6.000 euros al negocio"
En la oficina de Carlos Fernández, en la calle de Hortaleza, las personas entran y salen, el teléfono suena muy seguido y las secretarias pasan constantemente al despacho del dueño. Pero a pesar de las apariencias, el negocio no funciona. "Cada mes le tengo que poner 6.000 euros para que tire", se lamenta. Hace 37 años que regenta la agencia Gamero, y se vanagloria de tener la red más amplia de pisos en alquiler en la capital. "Rondamos los 30.000 clientes. Eso es lo que me salva", explica, abriendo la cómoda de su despacho donde guarda cada uno de los expedientes, recogidos en fajos y amarrados con una goma. Tiene 63 años y ya sueña con la idea de jubilarse. En la oficina, además, hay otras seis trabajadoras. "Ha bajado la venta en un 80%. Una de mis trabajadoras, que tiene dos hijos, se queja de que con el sueldo base no llega porque van a comisión", lamenta. Si los números van a peor, tendrá que reducir plantilla. Pese a todo, Carlos se va en agosto de vacaciones: "Llevo trabajando desde hace mucho tiempo y, por suerte, he podido ahorrar".
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