El 'liquidador' de Parla
El regidor del municipio madrileño, protagonista de varios reportajes en medios internacionales por la deuda municipal, afronta el despido de 190 funcionarios
José María Fraile, nacido en Parla (122.000 habitantes) hace casi 44 años, es ingeniero aeronaútico en excedencia y sigue llevando gafas oscuras de montura gruesa alineadas sobre unas patillas rectas y estrechas que caen más allá del lóbulo de las orejas. Proyecta una imagen de hombre austero y analítico. De palabra medida, pero directa. "Poco diplomático, quizá, pero sólido". Eso lo dicen algunos de sus compañeros de partido, el PSM, sin que termine de sonar del todo elogioso. Es el alcalde de su ciudad desde 2008. Entonces tomó el relevo de Tomás Gómez, cuando su amigo de la infancia y vecino de pupitre en el colegio San Miguel fue aupado a la cúspide de los socialistas madrileños.
Parla se ha convertido en la imagen involuntaria del naufragio presupuestario de los Ayuntamientos españoles. "Quieren destruir Parla por tierra, mar y aire", se lamenta Fraile, que escribe a sus conciudadanos que le parece "lícito querer matar a un alcalde socialista", pero no "poner la ciudad en el plano del desprestigio".
El regidor negocia desde la semana pasada el despido de 190 funcionarios municipales y tiene una deuda, pendiente de auditar, que supera los 180 millones de euros, y que algunos desde la oposición cifran en más de 300. Sus dificultades económicas han sido protagonistas de una información a cuatro columnas del diario británico Financial Times y de un reportaje de la televisión pública francesa 24 horas. Circunstancias mediáticas ambas ampliamente difundidas por la oposición popular, que califica al regidor de intolerante: "Con nosotros ha hablado dos veces y en una necesitamos un mediador", dice uno de los integrantes de la oposición.
Una imagen que otros compañeros de partido de Fraile desmienten. "Es una persona llana, ciudadana, normal", asegura uno de los hombres de confianza de Tomás Gómez, que alaba su capacidad "de decir las cosas a la cara y afrontar los problemas de manera directa". "Está muy dolido por tener que tomar decisiones tan duras, pero, precisamente, las toma para mantener los servicios sociales", afirma la misma fuente. Sin embargo, el propio Gómez se ha ocupado durante la semana pasada de recalcar que él dejó las cuentas en perfecto estado cuando se marchó. Fraile no ha replicado.
A semejanza de su amigo y mentor político Tomás Gómez, tiene una meritoria biografía de superación. Comenzó a trabajar de niño. Con 13 años entró como aprendiz en Construcciones Aeronaúticas, la empresa donde trabajaba su padre. Al tiempo, estudiaba por las noches el bachillerato. Acabó enrolado en el desarrollo del cohete Ariane.
El alcalde de Parla tiene una costumbre. Le gusta dibujar. En las reuniones de trabajo, dibuja. Mientras le hablan, dibuja. "Se pasa todo el rato dibujando, pero bueno, cada uno se concentra como quiere y supongo que tendrá que ver con su formación de ingeniero", comenta otro de los hombres fuertes del PSM en el sur de la Comunidad. "Siempre tiene que hacer algo con las manos porque es muy nervioso, también hace muchos gestos y muchas muecas todo el rato", coincide un miembro de la oposición, que ejemplifica el carácter inquieto del regidor en que "siempre está fumando, incluso dentro de las dependencias municipales".
Fraile es un hombre de fuerte temperamento. Un eufemimismo para algunos que, directamente, lo califican de "colérico". Ha tenido varias discusiones muy intensas con otros concejales, incluido el actual responsable de Deportes, Eugenio Santos, de IU, con quien mantuvo un acalorado intercambio de pareceres que le costó una multa de 200 euros. Santos es ahora, tras las elecciones del pasado mes de mayo, socio de Fraile en el gobierno municipal. Como responsable de Deportes ha reconocido algunas irregularidades cometidas por la empresa adjudicataria de las instalaciones deportivas de la ciudad. Mariano Sánchez, antiguo concejal de Hacienda con Fraile, también coincide en señalar el fuerte pronto del alcalde: "A veces, pierde el norte". Sánchez, que acabó muy distanciado del primer edil, recuerda que la deuda, "ya hace un año", era tan preocupante que no le dejaba dormir por las noches.
"Pasamos momentos difíciles de liquidez y sequía de crédito, igual que las familias y las empresas", se ha sincerado el alcalde de Parla. Pero en su entorno alaban esa franqueza. Es una manera de poner de relieve la situación de una buena parte de los Ayuntamientos madrileños, que acumulan deudas con sus proveedores que empiezan a ser insostenibles. "Lo que ha hecho Fraile es tomar el toro por los cuernos de algo que afecta a casi todos, no solo a Parla. No tenemos ingresos y sí muchas deudas", coincide un veterano de la política municipal madrileña.
Mientras, la fisonomía de la ciudad aún no nota los problemas de liquidez del Consistorio. El tranvía, bandera de la gestión de Gómez cuando era el alcalde más votado de España y cuya sociedad gestora debe más de 40 millones de euros, atraviesa el municipio por los cuatro puntos cardinales. Los parques están cuidados, las calles limpias y las instalaciones deportivas funcionan, aparentemente, con normalidad.
La única pista de que algo sucede en esta ciudad es ese grupo de personas con pancartas apostadas a las puertas del Ayuntamiento. Son funcionarios municipales. Protestan por el anuncio de 190 despidos. Una reportera de una televisión francesa se mueve entre los manifestantes. Fraile aguarda en su despacho, entre papeles.
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