"Aquello fue un aquelarre de carcamales resentidos"

La pregunta en la sesión de control avecinaba un nuevo enfrentamiento en la Asamblea de Madrid por el acto de homenaje a Garzón, que ya se produjo la semana anterior. A un lado, la bancada del Gobierno, que lleva semanas atacando al rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, por haber presidido el evento, y, al otro, el portavoz de IU, Gregorio Gordo, que comenzó criticando el ataque del Ejecutivo regional a la autonomía universitaria.

Pero, en un momento en el que el debate abierto por los defensores de Garzón consiste en justificar que las víctimas de la dictadura franquista encuentren reparación, Gordo se retrotrajo a la Guerra Civil y la discusión se perdió en el frentismo, dejándose a Berzosa en el camino.

En su intervención, el portavoz de IU conminó a la presidenta a condenar el golpe del 36, el régimen franquista y le exigió no colaborar "con Falange contra el juez Garzón". Aguirre, en la réplica, se quitó de encima las acusaciones sobre la Universidad: "No pretenda disfrazar de ataque a la autonomía universitaria lo que no es más que una crítica a lo que fue un aquelarre de carcamales resentidos".

Pero tampoco entró al trapo de Gordo y eludió condenar lo que se le pedía.En cambio, de una manera velada Aguirre justificó que en 1936 se dieran condiciones para el golpe porque, dijo, "de idílica, la Segunda República, nada, de nada". Y matizó: "La cosa no es tan sencilla, de buenos y malos. En todas las familias los había de un bando y de otro". Una respuesta que le valió a la presidenta ser recriminada en el hemiciclo, y también en los pasillos, por la diputada socialista, Ruth Porta. "Has ido muy lejos", le espetó.

Más incisiva sobre el ataque a Berzosa había sido Sabanés en su intervención anterior. Acusó al Gobierno regional de "haber literalmente acosado al rector", en una campaña en la que los "principales papeles" los ejecutaron Aguirre, el propio Granados, y el vicepresidente regional, Ignacio González. "Ha hablado de incapacidad, de no merecer el puesto y de dimitir", le recordó Sabanés al consejero de Presidencia, al que espetó que estas condiciones también se le podían aplicar a su gestión. "Si hay alguien que debe irse por lo que ha hecho, lo que no ha hecho y ha dicho, es usted", puntualizó.

Pero Sabanés insistió sobre todo en que esa campaña contra Berzosa es una manera de tapar el Gürtel y de denostar al juez que investigó en un principio el caso, Garzón.

Granados, en cambio, se reafirmó en sus palabras contra Berzosa. Aseguró que ha convertido la Complutense "en un circo de siete pistas" y sostuvo que "alguien que avala con su presencia insultos a miembros del Tribunal Supremo" no puede "ser rector de una universidad pública".