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Los escándalos que afectan al PP

La comisión sobre los espías estrena presidenta pero sigue bloqueada

PSOE e IU ruegan a Posada que fuerce al PP a dar inicio a las comparecencias

La comisión de investigación sobre el espionaje político en la Comunidad tiene desde ayer nueva presidenta -la veterana diputada del PP Rosa Posada sustituye al dimitido Benjamín Martín Vasco-, pero por lo demás sigue en el mismo sitio: en dique seco. El grupo popular aún no ha entregado su solicitud de comparecientes, y eso mantiene bloqueado el inicio de las sesiones. Lo único que PSOE e IU han podido hacer por ahora es reclamar la documentación sobre el caso; y, de la que han pedido, más de la mitad ha sido rechazada por el PP, que tiene mayoría absoluta en la Asamblea. En cuanto a los presuntos implicados en el caso, mientras el PP no presente su lista de comparecientes parece imposible empezar a llamar a nadie.

La comisión se constituyó el 6 de febrero y ese mismo día fue elegido su presidente, el popular Benjamín Martín Vasco, que a los cinco minutos ya estaba enfrentado a las portavoces de la oposición, la socialista Maru Menéndez e Inés Sabanés, de IU. Pocos días después Martín Vasco fue relacionado con la trama de corrupción que investiga Baltasar Garzón -una de las empresarias imputadas afirmaba en una grabación que el diputado cobró a cambio de ocultar adjudicaciones irregulares en Arganda- y el pasado jueves Martín Vasco dimitió con el argumento de que es inocente y quiere querellarse contra quienes le acusan. No dejó su acta de diputado, pero sí la comisión de investigación sobre los espías.

Rosa Posada, de 69 años y toda una vida en política -fue, entre otras cosas, jefa de Gabinete de Adolfo Suárez y la primera mujer portavoz del Gobierno-, es una figura muy respetada en la Asamblea. Ayer, Menéndez y Sabanés le rogaron -ése fue el verbo- que haga un gesto para demostrar que representa "una nueva etapa", pero salieron "decepcionadas" porque Posada no les garantizó que la semana próxima la comisión pueda echar a rodar por fin. "No se ajusta a la verdad que esta comisión no esté funcionando", dijo la nueva presidenta. Los plazos, opinó, "se están llevando a cabo de forma normalizada y rigurosa", porque aunque no haya comparecientes sí se podrá empezar a analizar en breve la (escasa) documentación concedida.

"Esperábamos de ella otro talante", protestó Menéndez a la salida de la comisión. "A día 20 de febrero no sabemos en qué momento va a aparecer el primer compareciente, y teóricamente la comisión termina el 31 de marzo", subrayó. Sabanés acusó al PP de poner al Parlamento "al servicio de Esperanza Aguirre" y someterlo a un "sistemático blindaje". El portavoz popular, David Pérez, se defendió atacando: "Es la oposición la que está dificultando los trabajos", dijo.

Una veterana entre Suárez, Gallardón y Aguirre

Abrazada a su carpeta roja de documentos, Rosa Posada Chapado (Madrid, 1940) salió con gesto tranquilo de la comisión y fue rodeada por los periodistas. "Usted que ha asumido responsabilidades tan diferentes, ¿cómo cree que será ésta?", le preguntaron. Ella respondió encogiéndose de hombros: "Será diferente. Los tiempos cambian". Sin más. Porque la presidencia de la comisión de investigación en un momento tan delicado para el PP podría ser la oportunidad de despuntar y darse a conocer para cualquier otro político, pero parece sólo un reto más para una mujer que ha entregado su vida a la política.

Abogada de formación, integró primero los grupos de oposición democristianos, perteneció al Partido de Izquierda Democrática y en 1978 ingresó en UCD. Adolfo Suárez la nombró jefa de gabinete, y en 1980 se convirtió en portavoz del Gobierno: la primera mujer en el Consejo de Ministros desde los tiempos de Federica Montseny. Cesó el 27 de febrero de 1981, a petición propia, para dedicarse a la abogacía.

Pero pronto regresó a la política. En 1983 fue la candidata del CDS a la alcaldía de Madrid, y en las elecciones generales de 1986 ocupó el puesto 22 en la lista por Madrid, pero no obtuvo escaño. Diputada regional en 1987, fue elegida presidenta de la Asamblea; de nuevo, la primera mujer en presidir una Cámara legislativa en España, cargo que ocupó hasta mayo de 1991.

En 1992 se dio de baja en el CDS y dos años más tarde se incorporaba al PP. Concurrió como número dos de Alberto Ruiz-Gallardón en las autonómicas de 1995, y tras su victoria asumió la Consejería de Sanidad. Ha sido diputada regional desde entonces -primero con Gallardón, luego con Esperanza Aguirre-, además de senadora. Está divorciada del socialista Leopoldo Torres, con el que tuvo cuatro hijos.

Ayer quiso reforzar el perfil institucional de su nuevo cargo: "A partir de este momento, serán los portavoces de la comisión los que hagan las valoraciones".

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