Y la alondra de García Lorca voló
Rompen la estatua del poeta en la plaza de Santa Ana y se llevan el ave que sostenía
El poeta ya no sujeta entre sus manos una alondra que parece a punto de echarse a volar. La estatua de Federico García Lorca tiene ahora las manos vacías, y la leve inclinación de su cuerpo, como invitando al ave a volar, ha perdido todo el sentido. Aún se aprecia un trozo de bronce que unía la figura al cuerpo del poeta.
Como suele suceder con los vándalos que destrozan monumentos callejeros, quienes arrancaron la alondra de las manos de la estatua, situada en la plaza de Santa Ana, lo hicieron de noche y, al parecer, nadie les vio hacerlo. En el Ayuntamiento creen que fue durante el pasado fin de semana. Estas agresiones suelen quedar impunes, pero el Consistorio quiere, al menos, intentar averiguar quién ha sido. Hoy tiene pensado hacer algunas preguntas en la zona, especialmente a comerciantes y hosteleros cuyos negocios dan a esa zona de la plaza. La posibilidad de recuperar la pequeña escultura es, admiten, remota. Es demasiado pequeña.
En caso de que no aparezca, el Ayuntamiento hará un estudio para decidir si la restaura y si será necesario retirarla mientras dure el proceso. No existe un molde, así que habría que volver a modelar la alondra a partir de las fotografías desde distintos ángulos que se conservan en los archivos municipales. La estatua, una figura de tamaño natural del poeta vestido con traje de chaqueta, la realizó el escultor Julio López Hernández entre 1984 y 1985. Se cumplía el 50º aniversario del estreno de Yerma (1934), y el entonces director del teatro Español, Miguel Narros, pidió al Ayuntamiento de Madrid que erigiera una estatua en recuerdo del escritor para instalarla en la plaza de Santa Ana, frente al teatro. Aún tuvo que esperar 10 años para poder ocupar su emplazamiento actual, mientras duraron las obras de la plaza. Entretanto, estuvo instalada en el cuartel del Conde Duque, según reseña su ficha en la base de datos digital Monumenta Madrid.
El Consistorio destina cada año unos 100.000 euros a reparar los daños que provocan en los 2.300 monumentos catalogados los actos vandálicos. En la gran mayoría de casos, se emplean en limpiar pintadas, pero otras veces las figuras acaban rotas o arrancadas. El Consistorio tiene un teléfono gratuito (900 503 340) en el que denunciar actos vandálicos. Suele recibir unas 200 llamadas al año.
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