Recortes para casi todos
El presupuesto educativo regional ha caído un 9% desde 2007 - Las reducciones afectan menos a la concertada y coinciden con exenciones a los centros privados
Han sido cuatro años difíciles. A los trabajadores de la Consejería de Educación, situada en la calle de Alcalá, han debido pitarles los oídos más de un día. Por la acera de enfrente, donde hay un bar, han desfilado a golpe de silbato y agitando pancarta los maestros de educación infantil, sindicatos en defensa de la educación pública, docentes interinos, asociaciones de padres y hasta los representantes de la escuela concertada. El presupuesto educativo de la región ha descendido un 9% entre 2007 y 2011. La legislatura empezó con casi 5.000 millones y para este último ejercicio, crisis mediante, dispone de 4.548. Casi todos los sectores tienen que apretarse el cinturón, pero hay salvedades.
Entre los logros, los resultados de PISA y la expansión del modelo bilingüe
Las universidades abrieron otro frente a Aguirre por la "asfixia económica"
El dinero destinado a la educación concertada no ha sufrido el mismo recorte que el de la pública. El año pasado, por ejemplo, hubo 4.779 millones de presupuesto global, un 1,1% menos. Las partidas para infantil, primaria, secundaria o universidades bajaron más de un 3%. Las infraestructuras se recortaron por encima del 20% mientras que el dinero destinado a conciertos educativos creció por encima del 6%. Hubo otros respaldos. En 2009, en un solo año, Madrid cedió casi tanto suelo público para la construcción de centros concertados como en los siete anteriores: 180.000 metros cuadrados. Y otro guiño más: la última Ley de Acompañamiento de los Presupuestos amplió las exenciones para padres cuyos hijos estudian en colegios privados. El Gobierno de Aguirre es pionero en introducir estas ayudas, que pasan de 500 a 900 euros anuales por hijo y suponen 90 millones menos para las arcas regionales. La oposición lo calificó de "regalo fiscal para las rentas más altas". "Todos los ciudadanos tienen derecho a recibir servicios", replicó el consejero de Economía y Hacienda, Antonio Beteta, que dio otra pista del modelo que defiende la Comunidad de Madrid: "Lo ideal", dijo, sería repartir un cheque escolar "para que todos los ciudadanos puedan elegir".
Los rectores de las universidades públicas, poco dados a manifestaciones ruidosas, protestaron con un manifiesto conjunto en el que denunciaban el "ahogo" de sus instituciones por unos recortes que les obligaron a cerrar por vacaciones y a ahorrar hasta en fotocopias. Los recortes son la cruz de la moneda del balance educativo. La cara, a la que el Gobierno de Aguirre saca lustre casi en cada acto, es la extensión del modelo bilingüe, con 276 colegios públicos, 64 institutos y 91 centros concertados. Y dos aspectos más: Madrid ha erradicado los barracones y obtuvo los mejores resultados de España en el informe Pisa, la evaluación internacional realizada en 65 países que evidenció que los alumnos madrileños son los que mejor leen de España y superan la media nacional en ciencias y matemáticas.
Los primeros cambios de la legislatura, con sus consiguientes protestas, llegaron en el sector de la Educación Infantil. La Consejería cambió en 2008 los requisitos para la adjudicación de este tipo de centros para alumnos menores de tres años. Eliminó la gratuidad para las familias con menos ingresos, aumentó el número de niños por aula y cambió los pliegos de adjudicación. Antes primaba el proyecto educativo. Ahora tiene la misma importancia que la propuesta económica más barata. Ambos valen 45 puntos. Este último cambio saltó a la campaña electoral. Se han adjudicado escuelas a empresas de servicios cuya actividad principal no es necesariamente la educación, sino la limpieza, la seguridad o la logística. Tanto Gregorio Gordo como Tomás Gómez, candidatos de IU y PSM a la Comunidad, acusan a Aguirre de cambiar la norma para beneficiar a "sus amigos" empresarios. A Gómez, esta frase utilizada durante un debate electoral televisado, le ha costado una querella del PP.
Los profesores, principalmente los interinos, también han desfilado por la calle de Alcalá. El último presupuesto supone un recorte del 66% en los programas de formación del profesorado. Y el Gobierno de Aguirre aprovechó la rebaja del 5% del sueldo de los funcionarios impulsado por el Ejecutivo central para recortar 40 millones en educación. Retiró la partida de vacaciones de interinos, la de prejubilaciones, las licencias por estudo y los fondos de representación sindical. Los profesores sin plaza fija siguen a la gresca con la Consejería después de que haya hecho bailar hasta en tres ocasiones la fecha para unas oposiciones -la última fecha es después del varano- con una exigua oferta de 489 plazas limitadas también desde el Gobierno central.
Las universidades públicas han sido otro de los frentes abiertos en una legislatura guerrera. En 2008, el recorte de la partida presupuestaria y de los acuerdos firmados hicieron saltar la voz de alarma. Los rectores alertaron de que se quedarían sin dinero para las nóminas. Desde entonces ha habido decenas de reuniones para hablar de dinero. En diciembre de 2009, los responsables de las seis universidades públicas madrileñas firmaron un manifiesto institucional conjunto contra la "asfixia económica" a la que les sometía la Comunidad de Madrid tras sufrir una nueva reducción en el presupuesto. Llegaron las fórmulas imaginativas: la Complutense y la Universidad de Alcalá cerraron por vacaciones. La Autónoma puso en marcha un plan para obtener energía de placas solares...
El enfrentamiento fue especialmente enconado con el rector saliente de la Complutense y presidente de los rectores madrileños, Carlos Berzosa, que acaba de agotar su último mandato. Durante la reciente campaña de elecciones en la universidad presencial más grande de España, varios cargos regionales atacaron directamente al rector por la deuda de la institución -que supera los 150 millones- y por episodios como la presencia del botellón o el asalto a la capilla de una facultad. Con Berzosa fuera de escena y Javier Uceda (responsable de la Politécnica) como cabeza de los rectores madrileños, el asunto ha quedado en tablas. Volverán las reuniones para hablar de dinero, de sedes y de excelencia. Y si las encuestas no fallan, Aguirre repetirá como interlocutora.
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