Navalquejigo se queda sin vecinos
Desalojados los habitantes de un pueblo que rehabilitaron tras 30 años de abandono
Navalquejigo, en El Escorial, era un lugar fantasma hasta que en 1997 varios jóvenes ocuparon las viviendas en ruinas y las rehabilitaron. Algunos se fueron, pero llegaron otros nuevos. Ahora los 15 habitantes de Navalquejigo se enfrentan a una orden de desalojo dictada por el Juzgado de Primera Instancia de San Lorenzo de El Escorial, tras la denuncia de un propietario.
Tendrán que abandonar las viviendas esta semana. Atrás quedarán años de trabajo y un proyecto de vida en común. Ramón Rodríguez abre la puerta de su casa. "Pasa, pasa, quiero que veas si esta casa amenaza ruina como dice un informe del Ayuntamiento", invita abriendo la puerta. La vivienda está arreglada y tiene aspecto sólido. La primera planta, de unos 100 metros cuadrados, es diáfana. Hay de todo, zona de estar con sillones, cocina, estufa,... "La nevera y la cocina van con gas", explica. ¿Es esto una ruina?, repite.
Su obsesión por demostrar que la vivienda reúne condiciones de habitabilidad adecuadas, se debe a que el auto de desalojo está basado en un informe sobre el estado de los inmuebles realizado por el Ayuntamiento en marzo de 2000. El colectivo de okupas denuncia que existen errores en el documento.
"En él se especifica que se trata de una inspección no exhaustiva", dicen. Otro de los defectos del informe, según los okupas, es que no se especifican qué casas son las que están en ruinas y el lugar donde están ubicadas. "El técnico municipal que se encargó de la investigación afirma no haber accedido a ninguna de las viviendas. Entonces ¿cómo puede concluir que el interior de éstas implica riesgos para las personas?", se preguntan.
En medio de la explicación aparece el cartero. Se baja de la moto y enciende un cigarrillo mientras abre el cajón de la correspondencia. "Sí, vengo aquí siempre que hay algo. La dirección es poblado de Navalquejigo sin número", explica. El movimiento inusual de personas en el pueblo pone en guardia al cartero y pregunta qué ocurre. "Me dejas de piedra", dice, incrédulo.
Ninguno se quiere ir, ni Almudena, ni Sergio, ni Yurena, ... Pero no pondrán impedimentos cuando les desalojen. "Si esto tiene un propietario y lo quiere recuperar, pues bien. Pero que el procedimiento sea el correcto. Porque nadie se ha preocupado nunca de este pueblo excepto nosotros", se queja Sergio Vicente, miembro de la Compañía de Teatro y Circo A tres manos, que nació en el poblado.
Los okupas piden que vaya una nueva inspección. "Hemos trabajado mucho, esto estaba hecho una porquería. Las casas estaban llenas de escombros, con el tejado caído. Todo sucio, ahora lo limpiamos todos los días", afirman. Los habitantes del pueblo piensan que pueden existir intereses inmobiliarios. Navalquejigo está rodeado de urbanizaciones y a tres minutos en coche de la estación de Las Zorreras. El Ayuntamiento afirma que en el avance del plan general se permite la rehabilitación del poblado con aprovechamiento urbanístico de baja intensidad.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.