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Muere degollado un joven de 19 años tras una pelea en Leganés

La reyerta se inició en un bar sancionado por exceder la hora del cierre

Una intensa noche de fiesta desembocó ayer en tragedia en la zona de copas La Cubierta de Leganés (182.500 habitantes). Un joven de 19 años de edad y vecino del distrito madrileño de Villaverde, Bruno Sánchez Ortega, murió de madrugada tras ser degollado en el transcurso de una pelea entre dos grupos de jóvenes que se había iniciado minutos antes en el interior del pub Malibú y que continuó después en la calle, según informó la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Bruno recibió un profundo corte en el cuello que le seccionó la yugular
"Un fin de semana sí y otro también hay peleas y altercados"
Hace tres meses un vigilante jurado fue apuñalado en la zona
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El bar en el que comenzó la discusión no tenía permiso para estar abierto a la hora en la que se produjeron los hechos, según reconoció ayer un portavoz del Ayuntamiento de la localidad. De hecho, aproximadamente una hora antes de producirse la agresión, agentes de la Policía Municipal habían levantado un acta de sanción a los responsables del local por incumplir el horario de cierre, pues sólo tenía permiso para abrir hasta las tres y media de la madrugada. No fue la única sanción impuesta ayer. Los funcionarios municipales visitaron otros dos bares abiertos fuera de la hora.

La zona donde ocurrieron los hechos es una plaza céntrica de la ciudad. La tranquilidad que reina en ella durante toda la semana se rompe en las noches de los viernes y sábados. Esos días, unas 5.000 personas se congregan en los alrededores de la veintena de bares que se localizan en los bajos de la plaza de toros, reabierta en 1997.

Bruno acudía a menudo por allí. En la madrugada de ayer había salido a tomar algo junto a otros dos amigos, también habituales de los fines de semana. Poco después de las cinco de la mañana, los tres se encontraban en el interior de uno de los bares.

Sin que se sepa aún por qué, los jóvenes tuvieron un encontronazo con varios individuos. Según fuentes de la investigación, ambos grupos no se conocían. "El enfrentamiento fue puntual", aseguraron las mismas fuentes, que no precisaron el motivo concreto por el que se inició la discusión.

En una primera escaramuza, aún en el interior del local de copas, uno de los amigos de Bruno recibió un botellazo en la cabeza que le produjo varios cortes. Sin pensárselo dos veces, Bruno salió a la calle en persecución de los agresores, que habían huido del bar. Tras él salieron también sus dos acompañantes. Los dos grupos volvieron a encontrarse a apenas a cien metros del pub en el que se iniciaron las hostilidades, a las puertas del museo de escultura al aire libre de la ciudad. Fue el final para Bruno.

En medio de una lluvia de patadas y puñetazos, el joven recibió un profundo corte en el cuello que le seccionó la yugular, una de las arterias carótidas y parte de la tráquea. Los efectivos del Summa que se desplazaron hasta el lugar del suceso no pudieron hacer nada por salvar su vida.

Pese a que consiguieron reanimarle en primera instancia, Bruno había perdido mucha sangre y volvió a entrar en parada cardiorrespiratoria camino del hospital 12 de Octubre, al que llegó muerto, según informaron fuentes de Emergencias 112.

Efectivos de la Cruz Roja atendieron a los dos acompañantes del fallecido, que presentaban golpes en la cabeza y la cara, si bien su estado no presentaba gravedad. Ambos pasaron por el hospital Severo Ochoa de la localidad antes de ser trasladados a la Jefatura Superior de Policía, donde prestaron declaración ante los agentes del Grupo de Homicidios, que se ha hecho cargo de la investigación. La policía cree que los presuntos autores de la agresión que acabó con la vida del joven de 19 años pudo ser un grupo de jóvenes de entre 20 y 25 años de etnia gitana. Al cierre de esta edición no se había producido detención alguna.

La zona de copas La Cubierta ha experimentado desde principios de este año un notable auge en cuanto a afluencia de personas durante las noches de los fines de semana. El motivo principal: el progresivo cierre de locales en costa Polvoranca, ubicada en la vecina localidad de Alcorcón, a causa de la presión policial ejercida tras la muerte de un joven marroquí en la noche de Reyes, también tras una pelea en el interior de un bar de copas. La similitud entre ambas áreas de ocio es evidente: reúnen multitud de locales y la mayor parte incumple los horarios de cierre, por lo que acogen a gran cantidad de personas hasta altas horas de la noche. Hoy costa Polvoranca languidece, mientras La Cubierta está de moda.

"Desde enero habíamos puesto en marcha un dispositivo especial de vigilancia porque la gente que anteriormente acudía a costa Polvoranca, se había trasladado ahora a Leganés", indicó la edil de Seguridad, Laura Oliva.

Responsables municipales mantuvieron durante la pasada semana un encuentro con los empresarios de la zona, con el objetivo de trasladarles la preocupación municipal por el cumplimiento de los horarios de cierre.

Sin embargo, lo sucedido en la madrugada de ayer no sorprendió a los vecinos del entorno de la plaza de toros, en la que se reúnen más de una veintena de bares y pubs. Durante la mañana de ayer, mientras media docena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía trabajaban en el lugar del crimen, multitud de curiosos se congregaron en el entorno de La Cubierta.

"Un fin de semana sí y otro también hay peleas y altercados. No es un sitio seguro y el Ayuntamiento o la policía tienen que tomar medidas", explicó Luis Martín, de 56 años y vecino de la zona, que expresó su temor de que el entorno de la plaza de toros de la ciudad acabe "convirtiéndose en un sitio como el polígono de Alcorcón". Hace tres meses, el vigilante jurado de un aparcamiento subterráneo cercano a la zona de copas leganense fue apuñalado cuando mediaba en una reyerta.

El cuerpo sin vida de Bruno Sánchez Ortega permanece desde ayer en el Instituto Anatómico Forense, donde el lunes le será practica la autopsia.

La policía inspecciona el bar Malibú donde empezó la pelea.
La policía inspecciona el bar Malibú donde empezó la pelea.LUIS SEVILLANO

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