Aguirre gana influencia

El PP de Madrid estaba ayer exultante. Los resultados electorales convierten a la Comunidad de Madrid como uno de los principales graneros de votos del PP nacional. Esperanza Aguirre acumula 1.544.600 votos -el 18% del total de sufragios del PP en España- y, aunque pierde un punto y medio respecto a las elecciones de 2007, logra incluso ampliar la ventaja que tiene con sus rivales en la Asamblea de Madrid. Además, estas elecciones han servido para dejar claro quién manda en el PP de Madrid. Aguirre acumula 42.000 papeletas más que el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, con el que ha librado numerosas batallas internas.

Todo eso confiere a la presidenta regional Esperanza Aguirre cierto poder interno en la formación que dirige Mariano Rajoy. Desde el verano de 2008, su relación con el presidente del partido ha sido, cuando menos, espinosa. En aquella ocasión, la presidenta madrileña amagó con disputarle el liderazgo y Rajoy eliminó de la dirección nacional del partido a los principales colaboradores de Aguirre. Ayer pasó buena parte de la jornada en la calle de Génova, sede del PP.

La líder regional ha dejado claro quién manda en el partido

Ella se ha convertido en un verso suelto dentro de la formación popular. Representa al ala más dura, con la que Rajoy aparenta sentirse más incómodo.

Mientras, Aguirre clama contra el Gobierno socialista de Zapatero al que responsabiliza de que Bildu esté en las instituciones. Porque la presidenta regional compara a esta formación con ETA a pesar de una resolución del Tribunal Constitucional que lo desmiente.

Siempre va un paso más allá. La presidenta apoya la dación en pago -cancelación de la deuda hipotecaria con la entrega de la vivienda- a pesar de que su partido la ha frenado en el Congreso de los Diputados. Incluso fue la primera tras ganar las elecciones el pasado domingo en pedir al Gobierno de Zapatero un adelanto electoral, mientras el presidente del PP eludía pronunciarse. Ayer lo hizo, pero de forma más sutil de lo que reclamó Aguirre.

Si a nivel nacional Aguirre recupera cierta influencia, a nivel doméstico ya nadie le discute su férrea autoridad en el PP de Madrid. Ha dejado claro a los seguidores de Gallardón que el partido regional lo dirige ella.

En la Asamblea de Madrid impone su rodillo. El PP duplica en número de escaños a los socialistas (72 frente a 36). La presidenta regional ha ordenado constituir el nuevo parlamento autonómico el próximo 7 de junio. Aguirre deberá decidir quién será el próximo presidente de la Asamblea y a quién escoge como portavoz del grupo popular una vez que David Pérez, que hasta ahora ocupaba el cargo, ha logrado la alcaldía de Alcorcón. Fue una de las apuestas personales de la presidenta madrileña, igual que enviar al diputado Juan Soler a Getafe, donde ha logrado la mayoría pero deberá pactar con UPyD. Los populares, también, miran orgullosos el resultado que ha logrado Pedro Rollán en Torrejón de Ardoz, al lograr aumentar su mayoría absoluta en 25 puntos respecto a 2007, hasta el 68,52%.

La nota discordante ha estado en Alcalá de Henares, donde el alcalde popular Bartolomé González ha perdido ocho puntos y podría quedarse sin la alcaldía si no logra el apoyo de UPyD. Otro de los Ayuntamientos que el PP podría perder es la de Torrelodones. A pesar de que el PP ha sido el partido más votado, la coalición de partidos enfrentados a los populares podrían quitarle el Gobierno. Pero estos traspiés no descomponen a Aguirre, que observa satisfecha cómo ha logrado teñir de azul el cinturón rojo.