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Fotonoticia:Renovación entre los populares madrileños

Aguirre da todo el poder a González

La presidenta destituye a Francisco Granados como secretario general del PP madrileño "por pérdida de confianza" y le reemplaza por el vicepresidente regional

Jesús Sérvulo González

Hasta ahora el PP en Madrid parecía bicéfalo: Ignacio González, vicepresidente regional, se disputaba la hegemonía del partido con Francisco Granados, secretario general del Partido Popular de Madrid. Ambos mantenían un pulso ante la divertida mirada de Esperanza Aguirre. Pero ayer se recogieron las piezas de un juego que la presidenta dio por terminado en mayo, tras las elecciones regionales, pero que no había querido rematar hasta ahora, una vez pasado el 20-N.

Aguirre destituyó ayer por sorpresa a Francisco Granados "por pérdida de confianza". Hizo el anuncio en un comité ordinario del partido convocado para valorar los resultados electorales. Tuvo que modificar el orden del día para incluir el cese del secretario general. En su lugar, ha designado a Ignacio González, vicepresidente regional y consejero de Cultura y Deportes.

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Con este cambio, Aguirre encumbra a González como su delfín en Madrid. El vicepresidente se convierte en el hombre todopoderoso del partido, una vez que ha fulminado al que le hacía sombra.

González es, sin duda, la persona con más ascendente político sobre Aguirre. Llevan trabajando juntos los últimos 25 años, desde que ambos comenzaron su carrera política en el Ayuntamiento de Madrid.

La maniobra de Aguirre blinda su poder en el PP regional a tres meses del congreso nacional del partido, donde Rajoy podría maniobrar para reducir el poder de la lideresa. En el entorno de Rajoy hay malestar por algunos de los movimientos de Aguirre. Aún recuerdan su amago por disputarle la presidencia en el congreso de Valencia, en 2008.

"Esto es un relevo normal en la secretaría general del partido, donde los estatutos prevén que el presidente debe proponer al comité ejecutivo el relevo del nuevo secretario general y así ha sucedido", dijo Aguirre tras el comité regional del PP.Las aguas bajan turbulentas por el PP de Madrid. Se avecina una renovación tras años en los que Aguirre ha impuesto su poder. "Es un momento muy delicado [por la crisis económica], y hace falta que se le dé al partido de Madrid también el nuevo impulso que necesita", señaló ayer la lideresa tras fulminar a Granados. Admitió que se trata de "un relevo natural después de siete años" y que debería haberse hecho en mayo -tras las autonómicas-, "pero todo se ha retrasado como consecuencia de las elecciones". Un alto cargo del PP cuenta que, durante la campaña electoral, el partido ha funcionado con cierta disfunción por los actos de dos equipos: el de Granados, por una parte, y el de Aguirre y González, por otra.

Granados conoció ayer su destitución media hora antes de comenzar el comité regional. Le ha cogido por sorpresa. Tras tomar la decisión, Aguirre cambió el orden del día solo 15 minutos antes del comienzo del comité, convocado, en principio, para valorar los resultados electorales del partido el 20-N. La destitución del exconsejero regional ocupó apenas un cuarto de hora. Cuatro (de 84) cargos populares pidieron la palabra para pedir el voto secreto (aunque no es vinculante) pero su petición fue denegada. Se opusieron a la destitución. Otros agradecieron la labor de Granados y alabaron a González. Dos asistentes admiten que una docena de dirigentes se ausentaron del comité al conocer el nuevo orden del día. El encuentro fue tenso y sin euforia.

Un portavoz del PP explicó que Aguirre "consultó los estatutos y vio que tenía facultades para tomar esa decisión". Otras fuentes del PP explican: "Estamos a unos meses de la celebración del congreso nacional y regional del PP y ahora se toma la decisión para prepararse para esto".

Además de la destitución de Granados, Aguirre ha reforzado su poder al nombrar al consejero de Sanidad, Javier Fernández Lasquetty, como vicesecretario general, cargo que compartirá con la diputada Gádor Ongil. La presidencia del comité electoral, que hasta ahora ocupaba González, recae en el alcalde de Alcalá de Henares, Bartolomé González. Todos estos nombramientos son personas de la máxima confianza de la presidenta regional.

La caída en desgracia de Francisco Granados se produjo a partir del pasado mayo, tras las elecciones locales y autonómicas. Entonces, Aguirre lo dejó sin cartera y le ofreció la portavocía del PP en la Asamblea de Madrid, cargo que Granados rechazó. Varios diputados del PP cuentan que aquella reunión terminó a voces. Por eso, fechan en ese momento el ocaso de Granados. Esperanza Aguirre dejó caer al que hasta entonces era su consejero de Presidencia, Justicia e Interior tras años de pugna interna con Ignacio González, por intentar hacerse con el control del partido.

Fuentes del PP recuerdan que en 2004, cuando Aguirre eligió a Granados como secretario general, se produjo el primer rifirrafe. Hasta entonces, ese cargo no se podía compatibilizar con un puesto en el Gobieno regional. El exalcalde de Valdemoro pugnó con González para cambiar esa norma. Desde entonces, su relación quedó marcada.

A partir del pasado mayo, Granados quedó en una difícil posición. Y se cuestionaba cuál sería su futuro tras el nuevo esquema del PP madrileño tras las elecciones. Muchos esperaban que Aguirre prescindiera definitivamente de Granados en el Congreso regional que los populares deben celebrar el próximo año. Desde que Aguirre lo dejó sin cartera, había perdido ascendencia dentro del partido.

Varios episodios han marcado el pulso de Granados y González. Algunos de los momentos de más tensión se produjeron tras estallar el caso del supuesto espionaje a políticos del PP en Madrid. Sus entornos se culparon mutuamente. Entre medias comenzaron a filtrarse expedientes sobre el patrimonio y supuestas actividades de Granados. También aparecieron dossiers sobre viajes y un supuesto seguimiento a González en un viaje a Colombia. El vicepresidente regional llegó a sugerir que los informes tenían su origen en la propia Comunidad de Madrid.

La designación de Ignacio González como secretario general del PP de Madrid lo confirma como hombre fuerte del Gobierno regional. Es el vicepresidente regional que despacha con Esperanza Aguirre los asuntos antes de los consejos de Gobierno y el hombre de plena confianza de la presidenta. En los cenáculos del PP regional se especula desde hace meses con la posibilidad de que Aguirre nombre a González como su delfín al frente de la Comunidad de Madrid. Parece aceptado por todos los estamentos del partido que Aguirre no repetirá al frente del Gobierno regional al final del mandato. Y con este movimiento refuerza su influencia. Los cambios en el PP regional no han hecho más que comenzar.

Esperanza Aguirre y Francisco Granados, el martes, tras la ejecutiva regional del PP.
Esperanza Aguirre y Francisco Granados, el martes, tras la ejecutiva regional del PP.ÁLVARO GARCÍA

Una carrera política de ida y vuelta

- 1964. Francisco Granados nació en Valdemoro donde vivió su primer triunfo político al lograr la alcaldía en 1999.

- 1998. Se convirtió en presidente del PP de Valdemoro, cargo que ostentó hasta 2000 -ese año lo hizo con el 100 por 100 de los votos de la agrupación local-. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, y habiendo sido analista de la Bolsa de Madrid, ejerció de consejero de la eléctrica francesa SNET y Caja Madrid.

- 1999. Granados se convirtió en alcalde de Valdemoro (65.000 habitantes en la actualidad). Ocupó el cargo hasta 2003. En 2002 fue nombrado vocal del Comité Ejecutivo regional del PP de Madrid por el entonces presidente Pío García Escudero.

- 2003. Fue elegido diputado de la Asamblea de Madrid. El puesto en el Parlamento regional es el único que conservó tras la destitución por Aguirre como secretario general del PP regional.

- 2003. Tras las elecciones locales y autonómicas, presidió la comisión del tamayazo, el caso de transfuguismo político que propició el Gobierno de la Comunidad a Esperanza Aguirre. Granados entró por primera vez en el Gobierno regional de la mano de Esperanza Aguirre. La presidenta le otorgó la cartera de Transportes, que conservó hasta diciembre de 2004. A las elecciones había concurrido como número ocho en las listas de Aguirre.

- 2004. Se convirtió en secretario general del PP de Madrid, tras un agrio debate con Ignacio González. Hasta entonces el responsable del partido no tenía responsabilidades de Gobierno. La disputa por ser la mano derecha de Aguirre siempre enfrentó a González y Granados, que han visto en el otro un obstáculo para ascender dentro del partido.

- 2005. Granados pasó a ser consejero de Presidencia a los pocos meses de haberle sido asignada la cartera de Transportes. En su lugar, Aguirre colocó a María Dolores de Cospedal, actual secretaria general del PP. Granados se mantuvo en este puesto hasta junio de 2011.

- 2007. Granados se acerca cada vez más a Aguirre, que en las elecciones autonómicas lo coloca como número tres a la Asamblea. A su cartera de Presidencia, que siguió manteniendo en el nuevo Ejecutivo, se sumaron las competencias de Interior.

- 2008. A Presidencia e Interior, se añadió la cartera de Justicia, que Granados heredó de Alfredo Prada. Ese mismo año fue reelegido secretario general del PP madrileño.

- 2009. EL PAÍS publicó que Granados había encargado a expolicías y ex guardias civiles realizar escuchas y trabajos de inteligencia a miembros del Gobierno regional y del Ayuntamiento de Madrid. En las investigaciones sobre los espiados salieron los nombres del vicepresidente Ignacio González; el vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo; y el consejero de Justicia al que él sucedió, Alfredo Prada. La fiscalía investigó durante año y medio y se llegó a archivar dos veces el caso. En 2011 la Audiencia Provincial de Madrid lo reabrió a instancia de un recurso de apelación del PSM contra el sobreseimiento del caso en la Asamblea.

-2011 Granados llegó a las elecciones autonómicas de mayo como consejero de Presidencia, Justicia e Interior. Pasados los comicios, en los que el PP revalidó su mayoría absoluta, Aguirre lo cesó como consejero y lo nombró senador por designación autonómica, un cargo que mantiene. Ayer, la presidenta de la Comunidad lo destituyó como secretario general del PP de Madrid para darle su puesto a Ignacio González, dejando a Granados solo como diputado regional en la Asamblea.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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