La visita a Gaza de Kerry, señal del cambio estadounidense
Es sólo un gesto, pero de los que duelen en Israel. El senador estadounidense John Kerry visitó ayer, en compañía de dos miembros de la Cámara de Representantes, la asediada Gaza. No se entrevistó con dirigentes de Hamás, considerada una organización terrorista por Washington, ni viajó en calidad de enviado del presidente Barack Obama. Desde hace casi cinco años ningún político de EE UU pisaba la franja, menos aún desde que el movimiento islamista se hizo con el control del territorio palestino en junio de 2007.
La reacción de Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí, denotó nerviosismo: "No tenemos conocimiento de la visita", dijo.
Kerry, presidente del comité de relaciones exteriores del Senado, se reunió con los jefes de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) y visitó alguno de los lugares devastados por el Ejército israelí durante la reciente guerra. Recibió de manos de Karen Abu Zaid, jefa de UNRWA, una carta enviada por Hamás. Aunque se ignora su contenido, el simple hecho de la visita revela que la política del nuevo Gobierno, empeñado en mejorar su relación con el mundo musulmán, tiene poca relación con la precedente.
Hamás, que fiel a su tradición no hizo comentarios, sólo puede ver con buenos ojos la visita de Kerry, aunque de momento no ayude a aliviar el bloqueo a la franja. El Gobierno de Ehud Olmert rechazó el lunes la propuesta de tregua egipcia, que había obtenido el visto bueno de Hamás. Y despertó el enojo no sólo de El Cairo, sino del negociador israelí, Amos Gilad, que arremetió con dureza inusitada contra sus dirigentes. "Hemos insultado a Egipto. ¿Qué quiere el Gobierno, destrozarlo todo?".
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