"Esto va a ser otra Cuba"
Los venezolanos guardan horas de cola ante el Consulado español
En la fila ante el Consulado de España en Caracas las palabras tienen dos tonos bien definidos. Estimulados por la espera, algunos solicitantes intercambian visiones catastróficas del país y las esgrimen como la causa de su huida. "Yo no me voy a quedar aquí, esperando a que Chávez convierta esto en una Cuba", dice un hombre de unos 25 años, quien muestra orgulloso su título universitario, obtenido en un centro privado de Caracas. "Yo me quedé tranquilo hasta diciembre, pensando que [Manuel] Rosales [candidato opositor] iba a ganar las elecciones. Pero, qué va, al contrario, ahora Chávez se siente envalentonado y está dispuesto a llegar más lejos", explicaba.
Otros prefieren guardar silencio o se limitan a informar de que están realizando las gestiones ante el Consulado por simple previsión. "No me pienso ir, al menos no por lo pronto. Estoy tramitando los papeles por si acaso", comenta por su parte Nubia, una señora que reside en La Candelaria, uno de los barrios de Caracas donde residen más españoles. Roberto Barbeira, un gallego sesentón, revela que su familia completa, nietos incluidos, tiene ya los documentos necesarios para una eventual salida del país. "Lo hemos ido haciendo poco a poco, porque yo siempre he sabido para dónde va este señor", sostiene Barbeira. "Hay gente que no quería ver la realidad y aún cree que Chávez va a respetar la propiedad privada. Yo nunca le he creído, yo sé que él va hacia el comunismo y desde diciembre ya se quitó la máscara". Barbeira dice que en la Hermandad Gallega hay una oficina especial para asesorar a los que planean irse. Asegura que son muchos los gallegos que han pasado su vida entera en Venezuela y ahora se están planteando seriamente la conveniencia de volver a su tierra natal. "Nadie quiere que le quiten lo que se ha ganado rompiéndose los lomos trabajando", afirma Barbeira, orgullo de la laboriosidad de sus paisanos.
"Nadie quiere que le quiten lo que se ha ganado rompiéndose los lomos", dice un español
Las filas se forman desde el alba frente a la sede del Consulado, en la urbanización La Castellana, un enclave de clase media alta. Hacia las ocho de la mañana, cuando abren las puertas las oficinas, los presentes han pasado bastante rato intercambiando sus experiencias. Muchos de los ciudadanos vienen de otros "madrugonazos" y por eso uno de los principales temas de conversación es la serie de sacrificios que han realizado para legalizar documentos de estudio o tramitar el pasaporte. Desde hace ya algún tiempo, la gestión de los pasaportes se hace mediante una cita previa con las autoridades a través de Internet. La paranoia está a la orden del día. Un participante en la tertulia de la cola susurra: "Eso de los pasaportes está en manos del G 2 cubano [servicio secreto], así que ya saben quiénes somos los que nos queremos ir".
A las diez de la mañana ya no se observan colas en la calle, sólo un grupo pequeño dentro del edificio. Tras casi cuatro horas de pie haciendo cola, el diálogo deriva hacia un reciente vídeo promocional del canal de noticias opositor Globovisión, en el que se usa como banda sonora un tema del cantante Carlos Baute cuyo estribillo dice: "No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Yo me quedó en Venezuela porque yo soy optimista".
"Sí, es bonito", reconocía ante el Consulado Reinaldo Reyes, hijo de canarios, "pero no olviden que Baute, después de cantar esa canción, se fue a vivir a España".
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