La ultraderecha finlandesa despega en las legislativas
El rechazo al rescate de Portugal da alas al partido Auténticos Finlandeses
Una nueva amenaza se cierne sobre la eurozona. Esta vez la alarma proviene de Finlandia, donde un partido periférico, de corte populista, nacionalista y euroescéptico irrumpe con fuerza en las elecciones legislativas del próximo domingo. Se trata de Auténticos Finlandeses, al que las encuestas dan un 18% de intención de voto. Hace apenas cuatro años, en los anteriores comicios parlamentarios, el grupo había logrado un 4% de los votos y cinco de los 200 escaños. Ahora, con una expectativa de 30 escaños, el partido podría tener la llave de un futuro Gobierno de coalición.
Con un discurso antieuropeísta y contrario al mecanismo de rescate financiero de Grecia, Irlanda y Portugal, los Auténticos Finlandeses han calado en un electorado hastiado de unos partidos que no han sabido renovarse y que se han visto envueltos en los últimos años en sonados escándalos de financiación ilegal.
El sistema finlandés no permite mayorías absolutas, por lo tanto, siempre gobernará una coalición. La tradición también impone que el partido más votado forme Gobierno. Al frente de la formación populista, el eurodiputado Timo Soini, de 48 años, ha logrado cautivar a los votantes con su carisma y su lenguaje directo, y amenaza con disputar la hegemonía a algunos de los tres "viejos partidos", como él los denomina: el Partido Conservador, el Partido de Centro y el Socialdemócrata, que han gobernado Finlandia durante décadas.
"Los nórdicos no podemos financiar las fiestas de los europeos del sur", declaró Soini en uno de los debates televisivos. "Nuestro Gobierno firmó un enorme préstamo para Grecia, y nos dijo que con esto el euro está salvado. Después vino Irlanda, y Portugal... Nos dijeron durante tres meses que Portugal resistía. Ya lo vemos. Ahora nos dicen que no hay alternativa. La alternativa es no pagar la buena vida de otros". Su propuesta es no respaldar el rescate de Portugal, lo que significaría una nueva y profunda crisis en la eurozona.
Frente a ello, centristas y conservadores, principales socios de la actual coalición de Gobierno, defienden la ayuda a Portugal para garantizar la estabilidad y evitar una nueva crisis financiera.
Si bien Soini se resiste a ser etiquetado de extrema derecha y se define de centro, su formación incluye corrientes racistas e incluso negacionistas del Holocausto. El avance populista se alimenta de la preocupación por la situación económica y la inmigración.
Timo Soini se declara defensor de las tradiciones, si bien es católico en un país en el que el 92% de la población profesa el luteranismo.
Por otro lado, Finlandia es el único país de la Unión Europea que sigue los pasos de Francia como nación nuclearizada. El saliente Gobierno de centro-derecha impulsó la construcción de dos grandes centrales nucleares. La paradoja es que los Verdes forman parte del Gobierno. Mientras que en Alemania los Verdes capitalizan los efectos de Fukushima, los Verdes finlandeses pasan de puntillas, y las encuestas no reflejan ningún eco de la tragedia de Japón.
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