El régimen iraní responsabiliza a los "enemigos extranjeros" de las protestas
La Nobel iraní Shirín Ebadí denuncia la detención de su hermana.- Ahmadineyad califica las manifestaciones de "mascarada nauseabunda"
Los dirigentes iraníes han cerrado filas y han responsabilizado a "enemigos extranjeros" de las protestas que el pasado domingo sacudieron el país. El jefe del Gobierno, el presidente del Parlamento e incluso la Guardia Revolucionaria, el todopoderoso ejército paralelo que según muchos analistas controla Irán, coincidieron en el análisis. Mientras, ha continuado la oleada de detenciones con la que quieren amedrentar a la oposición y que incluyó a una hermana de la premio Nobel Shirín Ebadí, a un cuñado del líder opositor Mir-Hosein Musaví y a varios periodistas críticos.
"En los últimos dos meses, los servicios secretos han citado a mi hermana varias veces y le han pedido que me convenza para que abandone mis actividades en defensa de los derechos humanos (...) y han amenazado con detenerla", declaraba Ebadí. La Nobel ha confirmado que varios agentes se llevaron el lunes por la noche a su hermana Nushin, una profesora de Medicina que, aseguró "no está implicada en ninguna actividad política, social o de derechos humanos".
La medida, que los observadores interpretan como una muestra del creciente nerviosismo del régimen, busca sin duda presionar a la Nobel. Del mismo modo se interpreta la detención de Shapur Kazemí, hermano de la mujer de Musaví, y su esposa, la periodista Badrolsadaat Mofidí. Otras detenciones denunciadas en las webs reformistas incluyen a Mansure Shojai, destacada activista de los derechos de la mujer, y al presidente de la Asociación por una Prensa Libre, Mashallah Shamsolvaezin. El lunes ya fueron detenidas al menos una decena de personalidades cercanas al movimiento pro reforma.
"Mascarada nauseabunda"
En su primera reacción a los incidentes que dejaron al menos ocho muertos, el presidente Mahmud Ahmadineyad ha tachado las protestas de "mascarada nauseabunda" y ha responsabilizado de las mismas a Estados Unidos y a Israel. El presidente del Parlamento, Ali Lariyaní, también ha atizó a Washington y a Londres, cuya actitud ante los disturbios, ha dicho, "aclara dónde se sitúa este movimiento [de oposición] en lo que se refiere a destruir los valores religiosos y revolucionarios".
Más concreto ha resultado el comunicado de la Guardia Revolucionaria que acusó a la prensa extranjera de haber organizado una guerra psicológica. "Los organizadores de los disturbios van a pagar pronto el precio por su insolencia", advertía el texto difundido por Isna.
Con la mayoría de los ideólogos reformistas en la cárcel o en libertad bajo fianza, las autoridades han empezado a acuciar a figuras moderadas que, aunque críticas con el Gobierno, no están en la primera línea política. No obstante, los ultras siguen pidiendo sanciones judiciales ejemplares contra los principales dirigentes de la oposición, el citado Musaví, Mehdi Karrubí y el ex presidente Mohamed Jatamí. Así se ha escuchado este martes en varias manifestaciones progubernamentales de las que dio cuenta la prensa local.
La web reformista Jaras se hizo eco de nuevos enfrentamientos entre estudiantes y fuerzas de seguridad en la Universidad de Teherán y en la ciudad de Shiraz, en el centro de Irán. La misma fuente eleva a 900 el número de detenidos el domingo en Teherán e Isfahán. La policía ha reconocido 300 detenciones en la capital. Por otra parte, un comunicado policial atribuyó la muerte del sobrino de Musaví, a "terroristas" y asegura que el incidente no tuvo nada que ver con las manifestaciones antigubernamentales.
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