Las puertas se cierran en Europa
El número de nacionalizaciones cae en Alemania tras el endurecimiento de las pruebas de idioma - Italia y Reino Unido optan por el carné por puntos
La llegada masiva de trabajadores extranjeros a la UE ha llevado a algunos países a introducir una serie de normas que promuevan la integración de los inmigrantes. Exámenes de idiomas, contratos de integración, el carné por puntos... Ante la falta de una legislación comunitaria, cada país ha optado por un sistema propio para conceder la nacionalidad.
- Alemania. Las exigencias idiomáticas son uno de los mayores obstáculos para acceder a la ciudadanía. Desde 2007, los criterios son más duros: se exige, a extranjeros que no tienen el graduado escolar, un nivel B1 (capacidad de charlar sin problemas sobre el trabajo y la vida diaria, así como la comprensión de textos oficiales y la redacción de cartas sencillas). En 2008, las nacionalizaciones cayeron un 16%.
Además, en 2008 se introdujo, entre muchas protestas, una prueba de nacionalización que consta de 33 preguntas de un catálogo de 310 (300 para toda Alemania y 10 específicas de cada Estado). Con 17 respuestas correctas se aprueba. El 98% de los examinados supera el examen.
Salvo a los ciudadanos de la UE y algunas otras excepciones, Alemania exige la renuncia a la ciudadanía de origen para obtener el pasaporte. Esta regla es especialmente disuasoria entre los millones de ciudadanos turcos residentes o nacidos en Alemania, puesto que perder el pasaporte turco limita el derecho de sucesión en Turquía.
- Italia. El Gobierno italiano se dispone a aprobar esta misma semana el decreto ley que regulará el permiso de residencia por puntos. La idea de la Liga Norte obligará a los inmigrantes que quieran residir legalmente en el país a superar diversas pruebas y exámenes y a ser evaluados cada dos años. El "pacto de integración" exigirá superar cursos de lengua italiana, Constitución y reglas cívicas, además de cumplir diversos deberes, entre ellos escolarizar a los hijos y tener al día el pago de impuestos. Si plasman esos cuatro requisitos, los inmigrantes tendrán los 30 puntos necesarios para acceder al permiso. Si no, tendrán un año para recuperar. Pero si continúan suspendiendo, serán expulsados. Los aspirantes perderán puntos si infringen el Código Penal, si no acreditan un contrato de alquiler en una vivienda digna (con determinados metros cuadrados y condiciones de higiene) o si no retiran la tarjeta sanitaria de la Seguridad Social.
- España. Los trabajadores extranjeros no firman ningún contrato de integración, como el que existe en Francia, aunque el PP es partidario de introducirlo. En Valencia, se aprobó en noviembre de 2008 una ley de inmigración que prevé cursos de compromiso de integración, pero son voluntarios y sólo sirven para documentar la solicitud de ciudadanía. Para obtener la nacionalidad, los extranjeros con permiso de residencia deben esperar entre uno y cinco años (según su procedencia y situación familiar) para solicitarla. Tras demostrar buena conducta cívica y un "suficiente grado de integración", el paso final es una ceremonia en la que se jura la Constitución.
- Reino Unido. Desde noviembre de 2005, todos los solicitantes de ciudadanía tienen que superar una prueba que certifique un conocimiento aceptable del inglés y el conocimiento suficiente de la cultura y de las costumbres de Reino Unido. La prueba prevé una serie de preguntas sobre las instituciones sociales y civiles del país. La concesión de la ciudadanía se celebra con una ceremonia con un juramento solemne por parte del nuevo ciudadano. Para conseguir la ciudadanía, los solicitantes tienen que satisfacer los requisitos de salud mental y aceptación de las normas británicas (en inglés sound mind y good character) y de honorabilidad (no tener antecedentes penales).
En 2008, Reino Unido introdujo el mayor cambio en la normativa sobre inmigración en 45 años. Estableció un sistema de puntos que divide a los inmigrantes en categorías sobre la base del nivel de formación y especialización. El sistema tiene cinco escalones. A excepción del primero, el de los trabajadores altamente calificados (como científicos y emprendedores), todos los demás requieren un tutor. Los puntos también se adquieren por poder adquisitivo y edad.
Con información de Miguel Mora, Juan Gómez, Mariangela Paone y Cristina Galindo.
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