"Me preocupan más los intereses de Berlusconi que los saludos fascistas"
Giovanni Sartori (Florencia, 1924) es politólogo, profesor emérito de la Universidad de Columbia y premio Príncipe de Asturias. Una de las voces más respectadas en el panorama intelectual italiano, Sartori colabora con el diario Il Corriere della Sera. Concedió esta entrevista telefónica el viernes, desde Roma.
Pregunta. ¿La preocupa el escenario político italiano?
Respuesta. Sí, estoy preocupado. No le digo muy preocupado, pero sin duda se lo diré si usted vuelve a llamarme dentro de unos meses.
P. ¿Cómo juzga los saludos fascistas tras la victoria de la derecha en Roma y las frecuentes salidas de tono xenófobas y machistas de varios representantes de la coalición conservadora?
R. La imagen de Roma es folclore. Se trata de reducidísimas minorías, sin ningún peso político. Claro que se trata de un folclore bastante desagradable. Conozco paisajes más bonitos. Pero lo que me inquieta no es la imagen de los energúmenos que hacen el saludo fascista y tampoco los chistes malos de [Silvio] Berlusconi.
P. ¿Qué es, entonces?
R. Lo que me preocupa es lo que dice Berlusconi cuando habla en serio. Cuando dice a la Unión Europea que "no nos toque las narices" en el asunto de Alitalia. Eso demuestra su concepción de las instituciones, del ejercicio del poder. Y me preocupa su tremenda penetración en el tejido del país, el colosal conflicto de intereses que representa.
P. Parece un conflicto sin solución.
R. Nadie lo ha combatido. Los medios de comunicación están más o menos sumisos. Él regresa al poder decidido a arreglar sus asuntos pendientes -porque todavía tiene varios- y me temo que con pocas ganas de hacer las reformas necesarias para el país, que serían dolorosas. La reducción de la deuda, el recorte del gasto en pensiones, la reforma de la Administración pública... Pero lo que quiere él es sonreír, caer bien y contar chistes. En otros países, los periódicos habrían tumbado enseguida a un tipo así.
P. La Liga Norte también ha arrasado en las urnas.
R. Su ascenso es el elemento verdaderamente nuevo. Considero que se basa en dos motivaciones. Primero, el concepto del federalismo fiscal, que cosecha consensos cada vez más amplios en todas las regiones ricas. Quién tiene dinero está claramente harto de pagar impuestos que no se sabe adónde van a parar, ni producen servicios o infraestructuras.
P. ¿La segunda?
R. La otra motivación es la antipolítica, un sentimiento que la Liga ha sabido interceptar. Naturalmente a ello se ha añadido un deseo de cambio de la ciudadanía ante lo poco que ha sabido hacer el Gobierno de [Romano] Prodi. Esa ola ha arrollado a [Walter] Veltroni primero, y a [Francesco] Rutelli después. Prodi quiso llevarse a los enanos
[los pequeños partidos], que le han hecho la vida imposible. Éste ha sido el resultado. Vuelve la derecha, pese a la pésima gestión en sus periodos de Gobierno.
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