El precio del crudo se dispara
El barril llega a 108 dólares - El 80% del petróleo libio va a Europa - Tres de las cinco refinerías, en manos rebeldes
La escalada de la violencia en Libia en medio de una ola de revueltas en todo el norte de África y Oriente Próximo ha disparado los temores del mercado petrolero -y contagia así a la mayoría de materias primas- a que haya un parón en el flujo de las exportaciones hacia los mercados de Occidente. La extracción de crudo libio no es significativa (1,6 millones de barriles diarios), pero unida a la producción de Argelia, Bahréin, Yemen e Irán, suman el 10% del total mundial. Si el efecto dominó sigue su curso, la avalancha de cambio afectará a una zona que produce el 35% del crudo y a un porcentaje muy superior de reservas. Solo Libia ya cuenta con las mayores reservas de crudo de África.
La cotización del barril alcanza el máximo en dos años y medio
La crisis ya ha disparado el precio del barril brent, de referencia para Europa, hasta los 108 dólares -el máximo en dos años y medio- y el caos en Libia no ha hecho más que reforzar esa tendencia (subió seis dólares en la jornada de ayer). Grandes petroleras como la italiana ENI, la que más intereses tiene en el país, junto a BP, Statoil, Shell y Wintershall (BASF), entre otras, han puesto en marcha sus planes de evacuación para el personal y sus familias. Un portavoz de Repsol YPF se limitó a comentar que la empresa "vela por la seguridad de sus empleados", sin dar más detalles. Aunque buena parte de las operaciones de extracción no habían sido interrumpidas ayer, una fuente de ENI advirtió de que la situación era bastante precaria en toda el área de la cuenca de Sirte y que había problemas para trabajar tanto en algunos yacimientos como en las terminales y refinerías.
La zona más afectada por la revuelta contra Muamar el Gadafi es justamente la de mayor importancia para el sector petrolero. La cadena Al Yazira informó ayer de que el yacimiento de Nafoora, al sur de Bengasi, había paralizado sus operaciones. La protesta se extendió ayer a la localidad de Ras Lanuf, en el golfo de Sirte, que alberga una importante refinería y un puerto de exportaciones petroleras. Otras dos de las cinco refinerías libias están en la zona de Tobruk, también bajo control rebelde.
La revuelta contra el régimen de Libia no solo ha disparado los temores al desabastecimiento de carburante en Occidente: muchos expertos temen que la ola de cambio en el mundo árabe arrolle a una economía mundial aún en estado delicado. El contagio de la crisis bahreiní a Arabia Saudí o una contrarrevolución en Irán pueden interrumpir el paso diario de 17 millones de barriles de crudo por el estrecho de Ormuz; toda Europa consume unos 14 millones de barriles al día.
Un fuerte incremento del precio del crudo también agudizará la crisis por la escalada de los precios de los alimentos, que ya han provocado el estallido social en muchos países en vías de desarrollo, y hará pasar un mal trago a países importadores de combustible y muy dependientes del transporte terrestre de mercancías, como España.
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