La policía del Ulster, acusada de complicidad en 15 asesinatos políticos
Un informe oficial implica al antiguo Royal Ulster Constabulary con una banda unionista
Nuala O'Loan, ombudsman de la policía de Irlanda del Norte, acusó ayer a la antigua policía de la provincia (Royal Ulster Constabulary, RUC) de "connivencia" con una banda de paramilitares unionistas que asesinó a 15 personas en los años noventa. El informe, que revela un nivel de protección de la guerra sucia superior al esperado, ha causado gran impacto político. Tony Blair lo calificó de "profundamente perturbador" y el jefe del Servicio de Policía de Irlanda del Norte (PSNI, sucesor del RUC) pidió "disculpas".
El informe coincide con el debate de los republicanos sobre la conveniencia de aceptar como propia a la policía de la provincia. Aunque los datos revelados por Nuala O'Loan describen un grado de connivencia que ha sorprendido, y a pesar también de que parece muy difícil que los policías implicados lleguen a ser perseguidos por la justicia, no parece que vaya a impedir que el congreso que el Sinn Fein celebrará el domingo apruebe la propuesta de la dirección republicana de apoyar a la nueva policía del Ulster. Gerry Adams afirmó ayer que la investigación es "un incentivo" para integrarse y controlar la policía desde dentro.
El informe, elaborado durante tres años, es consecuencia de la campaña iniciada por el protestante Raymond McCord tras el asesinato de su hijo del mismo nombre a cargo de la unidad Mount Vernon del grupo paramilitar unionista UVF (Fuerza de los Voluntarios del Ulster) en 1997. McCord siempre sostuvo que los asesinos de su hijo habían actuado bajo la protección de los servicios especiales del RUC. Ayer admitió que "no esperaba que el grado de corrupción y connivencia estuviera tan extendido".
Los investigadores sostienen que el líder de ese grupo lealista, citado como "informante número uno", aunque se da por descontado que se trata de Mark Haddock, recibió pagos de por lo menos 80.000 libras (120.000 euros) durante el periodo que abarca el informe, entre 1991 y 2003. La ombudsman concluye que hubo "connivencia" entre esa unidad del UVF y "ciertos elementos" de los servicios especiales del RUC y considera probado que los informantes policiales están ligados a 10 asesinatos y que hay indicios menos concluyentes pero creíbles de que participaron al menos en otros cinco asesinatos, además de otros 10 intentos de asesinato, palizas y disparos de castigo, un ataque con bomba y diversas operaciones de tráfico de drogas, extorsiones e intimidaciones. Muchos de los muertos son antiguos lealistas, como el propio Raymond McCord hijo.
También concluye que es la protección que recibe desde el RUC, donde se eliminan todo tipo de pruebas que pueden incriminarles, lo que dio a ese grupo la capacidad de actuar con impunidad, y precisamente por eso concluye que hubo connivencia. La ombudsman no ha hecho público los nombres de los policías -muchos ya retirados-, pero ha hecho llegar la lista al ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Hain, al jefe del PSNI, sir Hugh Orde, y altos funcionarios británicos. Muchos de los policías interrogados se han negado a declarar, aunque sí lo ha hecho su responsable en aquellos años, sir Ronnie Flanagan.
El ministro Hain admitió ayer que los hechos relatados por el informe son "terribles" y, aunque los circunscribió a un grupo de oficiales, admitió que "no se trata de un hecho aislado y puede que se hayan repetido en décadas anteriores", extendiendo una gran sombra sobre el grado de guerra sucia con que la policía de Irlanda del Norte combatió el terrorismo del IRA. Pero Hain, al igual que el portavoz de Tony Blair, puso sobre todo el acento en que se trata de episodios del pasado y que las medidas que se han tomado en la nueva policía hacen imposible que se puedan repetir.
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