Las nuevas casas de las favelas de Río serán a prueba de bala
Las paredes serán erigidas con bloques que contienen un material que endurece la estructura y funciona también como aislante térmico y acústico
El plan habitacional lanzado la semana pasada por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que proyecta la construcción de un millón de viviendas, tendrá una particularidad en las casas populares que se están levantando ya en algunas favelas de Río de Janeiro, concretamente en el complejo de Manguinos, considerado el punto más violento de la ciudad: serán a prueba de bala.
Las paredes son erigidas con bloques de cemento al que se les ha incluido un material que además de ser a prueba de balas de fusil o ametralladora, sirve también como aislante térmico y acústico. La primera fábrica de bloques de este tipo de material - producidos por la empresa inglesa Ultra Green- comenzará a operar pronto en Río.
Se trata de un material de construcción usado en otros paises, por ejemplo en Alemania, donde se han construido cuatro millones de casas. Según las empresas de construcción que usan dicho material, la obra sale hasta un 20% más barata que con los tradicionales ladrillos y cemento. Al parecer se puede levantar una casita popular con diez obreros en apenas 14 horas.
En Río se ha puesto el acento especialmente en que las casas serán blindadas a las balas, una obsesión de los habitantes de las favelas que tienen que convivir con las batallas entre agentes del orden y narcotraficantes. Una gran mayoría de las paredes de las viviendas de las favelas están horadadas por las balas. Sus moradores blindan sobre todo las ventanas para evitar los fatales "tiros perdidos".
Los sociólogos se preguntan, sin embargo, si el énfasis puesto en la construcción de casas blindadas para los brasileños de menores recursos significa una rendición ante la violencia por parte del Estado. ¿No sería mejor -se preguntan- poner el acento en crear unas comunidades libres de violencia, con una presencia continúa del Estado y de las fuerzas del orden, que eviten que las paredes de las casas tengan que ser perforadas por las balas?
Es el eterno dilema: adaptarse ante la realidad de la violencia cotidiana, blindando a las favelas con muros y construcciones búnker o luchar sin cuartel para expulsar de ellas a los narcos que han creado en ese mundo marginal su imperio, sus leyes y su poder.
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