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La justicia de Brasil aprueba la extradición del terrorista Battisti

Lula podría retrasar su regreso a Italia para que antes responda por varios delitos

El ex terrorista italiano Cesare Battisti recibió ayer la peor de las noticias en su celda de la cárcel de Pampuda, en Brasilia: el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil aprobó, por cinco votos contra cuatro, su extradición a Italia para que cumpla la condena a cadena perpetua por el asesinato de cuatro personas. El voto del presidente de la Corte, Gilmar Mendes, fue decisivo para que se aprobara una polémica extradición que desde hace meses enfrenta a la justicia brasileña y a Italia con el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que a principios de año concedió a Battisti el estatus de refugiado político. La decisión provocó entonces una durísima reacción del Ejecutivo de Roma y de las familias de las víctimas.

Según explicó ayer Mendes a la hora de emitir su voto, "ciertos crímenes, independientemente de su finalidad política, no constituyen crímenes políticos. De lo contrario, podríamos encontrarnos con casos de estupro, pedofilia, genocidio o tortura, entre otros, tratados como crímenes meramente políticos". Sobre Battisti, que militó en la década de los setenta en el grupo Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), ligado a las Brigadas Rojas, recaen en Italia los asesinatos de Antonio Santoro, Lino Sabbadin, Andrea Campagna y Pierluigi Torregiani.

El tribunal reconoció que Lula puede revocar la decisión del STF y oponerse a la extradición. Aunque, el líder brasileño adelantó a principios de esta semana que "si la decisión de la Corte Suprema es determinante, no se discutirá, se cumplirá". No obstante, Lula sí tiene la posibilidad de retrasar al máximo el regreso de Battisti a Italia, ya que éste también responde ante la justicia brasileña por los delitos de falsificación y uso de pasaporte falso, que se remontan a su detención en Río de Janeiro en marzo de 2007. Podría darse el caso de que el Gobierno brasileño mantenga al ex terrorista en Brasil hasta que estos procesos queden zanjados.

Battisti se fugó de una cárcel italiana en 1981 y desde 1990 hasta 2004 residió en Francia bajo el estatus de refugiado político concedido por el entonces presidente François Mitterrand. Sin hacer acto de presencia, fue juzgado en Italia en 1993 y condenado a cadena perpetua por el asesinato de cuatro personas. Presionado por el Gobierno italiano, en 2004 el presidente Jacques Chirac le retiró la condición de refugiado político y Battisti decidió abandonar el país galo. Fue entonces cuando desembarcó en Brasil con pasaporte falso. A petición de Italia, la Interpol inició su búsqueda en el país suramericano hasta que dio con su paradero, en marzo de 2007, en Río de Janeiro. Desde entonces se encuentra recluido en el presidio de Pampuda.

En una decisión que sumergió a Brasil en una crisis diplomática con Italia, el ministro de Justicia brasileño, Tarso Genro, concedió el refugio político a Battisti en enero de este año. La decisión contradecía la decisión del Comité Nacional para los Refugiados (Conare), que depende del propio Ministerio de Justicia y que se había pronunciado previamente a favor de la extradición del italiano. Desde entonces, la presión diplomática de Roma ha sido de tal nivel que el propio Lula ha tenido que reconsiderar el caso Battisti.

El ex terrorista, que desde su fuga de Italia ha vivido en México, Francia y Brasil, llevaba ayer seis días en huelga de hambre para presionar a la justicia brasileña contra su extradición. Un grupo de 12 parlamentarios brasileños que se oponen a la extradición de Battisti y que en los últimos días han tenido contactos con él han asegurado que está "delgado, pálido y debilitado". "Nos ha dicho que no quiere morir a manos de su verdugo [el Gobierno italiano] y que por ello prefiere abandonar la vida por decisión propia", relató el diputado Chico Alencar.

El ex activista de izquierda italiano Césare Battisti recibe la visita de diputados de oposición brasileños este 17 de noviembre en una cárcel de Brasilia
El ex activista de izquierda italiano Césare Battisti recibe la visita de diputados de oposición brasileños este 17 de noviembre en una cárcel de BrasiliaEFE

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