La disminución del viento permite controlar el avance del fuego en California
Los fuegos obligan a la evacuación de más de 30.000 personas.- Más de un millar de viviendas han quedado calcinadas
La menor intensidad de los vientos ha ayudado este lunes a los bomberos del sur de California a controlar los incendios que han calcinado más de un millar de viviendas y obligaron a más de 30.000 personas a abandonar sus casas el fin de semana. Hasta el momento hay contabilizados 11 heridos por los incendios, repartidos en tres frentes, y que han dejado a su paso un panorama desolador. Más de 16.500 hectáreas de zona boscosa y matorral fueron pasto de las llamas desde última hora del viernes entre los condados de Santa Bárbara y Los Angeles debido a temperaturas que rondaron los 30 grados y rachas de viento cercanas a los 100 kilómetros por hora.
"Han sido unos días muy duros para la gente del sur de California. Hemos tenido la tormenta perfecta: vientos muy fuertes, altas temperaturas y sequedad", resumió ayer el gobernador de California, el republicano Arnold Schwarzenegger, al frente del dispositivo de emergencia.
Unos 5.000 efectivos del cuerpo de bomberos se han desplazado a las zonas afectadas, donde siguen trabajando para apagar los fuegos e intentan aprovechar una mejora de las condiciones meteorológicas para avanzar en su extinción. "No queremos bajar la guardia. Todo está dictado por el viento", ha dicho a los medios locales Ronnie Villanueva, jefe de unidad del Departamento de Bomberos del condado de Los Angeles.
Las previsiones más optimistas de las autoridades vaticinan que el incendio de Santa Bárbara, que quemó 210 residencias en un lujoso vecindario y está controlado en un 95 por ciento, será apagado totalmente a última hora de la tarde de hoy.
Los focos más destructores, situados al noreste y al sureste de Los Angeles, fueron contenidos durante la pasada noche en un 40% y se calcula que seguirán ardiendo durante varias jornadas. Poco a poco se han ido retirando las órdenes de desalojo y muchas personas pudieron regresar a sus viviendas, algunas de ellas calcinadas, como ocurrió en el parque de casas móviles de Oakridge.
En busca de supervivientes
El episodio más dramático se vivió este sábado en el parque de caravanas o remolques de Oakridge en el vecindario de Sylmar. Allí el fuego redujo a cenizas alrededor de 600 remolques que mucha gente utiliza como vivienda barata.
Aunque en principio no hay constancia de que se produjeran fallecidos, la policía está usando perros especializados en rescates para encontrar posibles cadáveres de residentes de avanzada edad que las autoridades temen que no hayan podido escapar a tiempo. "El fuego se propagó tan rápido por todo el parque que no había manera de pararlo. Fue como encender unas cerillas", ha dicho Schwarzenegger.
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