Un desierto rico en gas
La colonización de Xinjiang con chinos de la etnia mayoritaria alimenta el resentimiento de los uigures
En el extremo occidental de China hay una región de inmensos desiertos, montañas por las que descienden los glaciares, valles de torrenteras, cumbres de nieves eternas y mesetas polvorientas. En sus campos se cultivan la uva, el melón y otras de las frutas más dulces de China. Su superficie es 3,2 veces la de España, y su población, de unos 20 millones de personas. Aproximadamente la mitad son uigures, una de las 55 minorías étnicas chinas.
Los uigures practican la religión musulmana y tienen su propio idioma, de origen turco, perteneciente a las lenguas altaicas de Asia Central. Son de piel morena, y de ojos más claros que los chinos han (la etnia mayoritaria en el país). Y por sus rasgos físicos, muchos podrían pasar perfectamente por turcos, o por ciudadanos de otros países mediterráneos. Esta región es Xinjiang, una de las regiones autónomas chinas, que hace frontera, entre otros, con Mongolia, Rusia, Afganistán y Pakistán.
Los nacionalistas sueñan con un país libre llamado Turkestán Oriental
Muchos de los uigures sienten un gran resentimiento hacia el Gobierno central de Pekín porque consideran que está diluyendo su cultura con el envío de chinos han a la región, no respeta la libertad religiosa y está extrayendo sus abundantes recursos naturales, entre otros gas y petróleo, mientras Xinjiang sigue siendo una de las zonas más pobres del país. Muchos no hablan la lengua común china, el mandarín, y otros de los que sí la hablan se niegan a hacerlo. En China hay unos 8,3 millones de uigures. También existen poblaciones en Uzbekistán, Kazajistán y Kirguizistán, y comunidades en el exilio en Suecia, Alemania y EEUU.
Poseen un profundo sentimiento nacionalista, y muchos sueñan con la escisión de Xinjiang, que llaman Turkestán Oriental. Parte de la región fue parcialmente independiente en algunos periodos de su historia, con el reconocimiento de la Unión Soviética. Pero en 1949 fue invadida por los ejércitos de Mao Zedong.
Desde entonces ha sido cuna de un movimiento separatista, con ocasionales atentados mortales, principalmente contra las fuerzas de seguridad chinas. El año pasado se produjeron algunos en los meses que precedieron a los Juegos Olímpicos de Pekín, según informó la prensa oficial, pero no pudieron ser verificados de forma independiente. Las autoridades dificultaron la labor de los periodistas extranjeros que se desplazaron a la zona para investigar lo ocurrido.
El Gobierno chino aseguró en junio que ha desmantelado siete células terroristas en Xinjiang este año. Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch acusan al Gobierno de reprimir la cultura no han en Xinjiang. De esta región son originarios los uigures capturados en 2001 en Pakistán y Afganistán por el Ejército estadounidense.
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