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La crisis castiga a la industria rusa

El Kremlin echa mano de las reservas para salvar las empresas y evitar conflictos sociales - La tasa de paro aumentó hasta el 8% en enero y la inflación supera el 13%

Pilar Bonet

La crisis golpea a Rusia, y el presidente Dmitri Medvédev y el primer ministro Vladímir Putin están dispuestos a consumir las reservas financieras del Estado para socorrer a las grandes empresas, con el fin de evitar despidos masivos que amenacen la estabilidad del régimen. Pero mientras el Estado echa mano de los fondos acumulados en la época de los altos precios del petróleo para facilitar miles de millones de dólares en créditos y ayudar a los oligarcas a refinanciar sus deudas internacionales, los parados malviven con prestaciones inferiores a 110 euros mensuales.

Sólo en enero, el desempleo aumentó en 300.000 personas hasta los 6,1 millones (de ellas, sólo 1,8 millones están registradas y pueden aspirar al subsidio de paro) y se situó en el 8% de la población activa (75,7 millones). Sin duda, Rusia encajará un fuerte varapalo. Tras haber crecido su economía a tasas de en torno al 8% en los últimos ocho años, se prevé que cierre 2009 con un magro 1%. Síntomas de la que viene no faltan: los dos principales índices de la Bolsa rusa han retrocedido un 80% desde el máximo del año pasado y el rublo se ha depreciado un 30% frente al dólar. Todo, con una inflación que supera el 13%.

Los dos principales índices de la Bolsa han perdido un 80% desde el año pasado
Los desempleados malviven con subsidios inferiores a 110 euros al mes
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Muy lejos de Moscú, la ciudad de Nizhni Taguil, uno de los pilares de la metalurgia rusa situada en los Urales, sufre la crisis desde el otoño cuando la exportación de acero se desplomó. La desangelada urbe de 375.500 habitantes alberga el Combinado Metalúrgico (NTMK) y la Fábrica de Vagones de los Urales (UVZ), dos empresas clave que se complementaban en época de la URSS. UVZ, que produce tanques además de vagones, sigue siendo del Estado, pero NTMK fue privatizada y se integra en Evraz, un grupo registrado en Luxemburgo que en los últimos años se endeudó comprando acerías en el extranjero, incluidas dos en EE UU.

Alexandr Abrámov, poseedor de una fortuna de 3.200 millones de euros, según la revista Finans, es uno de los principales accionistas de Evraz, junto con Roman Abramóvich, dueño del club de fútbol Chelsea, que opera desde una firma domiciliada en Chipre.

El combinado metalúrgico y Evraz están en la lista de 295 compañías a las que el Gobierno ruso ha prometido ayuda prioritaria. A finales de 2008, el Estado por medio del banco Vnesheconombank (VEB) prestó más de 1.400 millones de euros a Evraz para afrontar los vencimientos más urgentes de su deuda, superior a 6.000 millones de euros.

NTMK produjo 5,8 millones de toneladas de acero en 2007, pero ante la caída de la demanda ha cerrado dos altos hornos y reducido su capacidad en dos millones de toneladas. La mitad de la producción se exporta y, según su director ejecutivo, Alexéi Kushnarev, la plantilla de 19.500 personas de 2008 se ha contraído a 17.000 tras la segregación de departamentos.

El sueldo medio, 20.000 rublos en septiembre (550 euros), se transformó en enero en 386 euros al cambio de ese mes. Unos 700 jubilados, que seguían trabajando en la fábrica, se han "marchado voluntariamente", según el jefe del comité sindical Vladímir Radáev, tras ser compensados con cuatro meses de sueldo. Las pensiones en Rusia son de miseria -98 euros de media en diciembre- razón por la cual los jubilados siguen trabajando mientras pueden.

A principio de febrero la UVZ, con una plantilla de 35.000 personas, envió a 11.000 obreros a sus casas (con dos tercios de su sueldo base) en espera de que se vacíen los almacenes donde se acumulaban 1.300 vagones. La empresa asegura que cada vagón cuesta 60.300 euros, pero los ofrece a 32.300 a los Ferrocarriles Rusos (RZHD), su principal cliente, dispuesto a esperar a que el precio baje aún más, ya que su carga se redujo un 33% en enero.

El índice de paro en Nizhni Taguil es bajo, pero sube rápido. En enero fue de 0,57%, pero en febrero se pasó a 1,2% o 2.704 personas registradas y la alcaldesa, Valentina Isáeva, teme que en mayo sean 5.000. Mujer enérgica, que ganó el cargo en las urnas frente al candidato gubernamental, Isáeva ha formado un "comité anticrisis" en el que se integran los directivos de la industria y los banqueros. De estos últimos el Ayuntamiento espera prórrogas para los que firmaron hipotecas bajo la influencia de lemas como "obtener un millón en una hora y con poco papeleo". Ahora el Estado aconseja al ciudadano que "antes de tomar un crédito piense bien cómo lo devolverá".

Nizhni Taguil es una "ciudad donante" y contribuye con más de lo que recibe al presupuesto de la provincia de Sverdlovsk. Ekaterimburgo, su capital, se ha embellecido con modernos edificios (muchos inacabados por culpa de la crisis), pero Nizhni Taguil conserva el lúgubre aspecto de centro industrial militar soviético, agravado por las seis instituciones penitenciarias ubicadas en su territorio.

Los bancos "han perdido la vergüenza", dice Isáeva que negocia para rebajar los intereses de la deuda municipal, el 10% del presupuesto, el máximo permitido por la ley. "Nos piden entre 15% y 17% de interés, y a las empresas, del 20% al 28%". El NTMK mantiene gran parte del patrimonio social característico de las fábricas de la URSS, incluidas 25 guarderías. Kushnarev quisiera transferirlas al Ayuntamiento, que no tiene medios para financiarlas, aunque 5.000 niños esperan plaza de preescolar.

Para ahorrar, Isáeva ha reducido el número de altos cargos, de coches oficiales y de chóferes. La alcaldesa solicitó fondos de "empleo social", para adecentar jardines o limpiar las calles con salarios de 150 a 193 euros.

Jubilados y parados son víctimas del capitalismo salvaje ruso también en la región de los Urales. Desde este año, los primeros pagan por el transporte público, antes gratuito para ellos, y todos se acogen a la degradada sanidad pública, gratuita en teoría y de pago en la realidad. Tras 40 años en la metalurgia, Mijail, trabaja como taxista y como vigilante. Gana 387 euros que gasta en el tratamiento de su esposa enferma.

Residentes moscovitas hacen cola para entrar en una feria donde las empresas informan sobre sus ofertas de trabajo. Hay más de seis millones de parados en Rusia, según las estadísticas oficiales.
Residentes moscovitas hacen cola para entrar en una feria donde las empresas informan sobre sus ofertas de trabajo. Hay más de seis millones de parados en Rusia, según las estadísticas oficiales.AFP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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