La corrupción en el Senado salpica a un aliado de Lula
Un escándalo de corrupción que gira en torno a José Sarney, actual presidente del Senado y presidente de Brasil entre 1985 y 1990, elegido de forma indirecta tras la dictadura militar, está enturbiando el tramo final del segundo mandato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Tras más de 50 años de presencia en el Congreso brasileño, las acusaciones que pesan contra Sarney, una figura con gran peso político en el país, afectan a la estabilidad del Gobierno de Lula.
El presidente del Senado es también un dirigente clave del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), una formación política que siempre ha sido el comodín necesario para formar Gobierno. El PMDB es un partido con gran penetración electoral en todo Brasil. Nunca ha presentado candidatos a la presidencia, prefiere negociar el precio de su apoyo al ganador.
Sarney está acusado de un rosario de presuntas irregularidades. La oposición parlamentaria ha presentado un manifiesto firmado por cinco partidos en los que pide su salida de la presidencia de la Cámara Alta hasta que se puedan esclarecer todas las acusaciones que pesan contra él y contra otros miembros del Senado. Lo suscriben 39 senadores, dos menos de los necesarios para poder procesar a un parlamentario.
Apoyo de Sarney
Temeroso de que Sarney se vea arrastrado por las acusaciones de corrupción y pueda privarle en 2010 del apoyo del PMDB para la elección de su sucesor en la presidencia, Lula sigue defendiéndolo contra viento y marea, incluso en contra de la opinión pública y la de su grupo político, el Partido de los Trabajadores, que teme que el apoyo incondicional al presidente del Senado pueda ser mal visto por sus bases.
Consciente de que sigue teniendo el apoyo de Lula, Sarney se ha hecho fuerte en su cargo político. Con un discurso apasionado ante el pleno del Senado, se ha defendido de todas las acusaciones lanzadas contra él, incluso de la de nepotismo. "¿Quién no se enternece ante una nieta?", argumentó Sarney en su defensa al ser interrogado sobre el nombramiento de varios familiares suyos en puestos del Senado.
El Consejo de Ética del Senado -cuyos miembros pertenecen en su mayoría a partidos próximos al Gobierno de Lula- ya ha archivado la mitad de las 14 denuncias sobre presuntas ilegalidades cometidas por Sarney.
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