El ataque contra Gaza impulsa la alianza entre Caracas y Teherán
Venezuela asiste a la reunión de los países árabes que pide sancionar a Israel
Más allá de la retórica política, el nuevo eje Caracas-Teherán ha comenzado a actuar en lo concreto y de forma coordinada. La franja de Gaza ha sido un nuevo punto de encuentro para Irán y Venezuela. Tanto el Gobierno de Mahmud Ahmadinejad como el de Hugo Chávez han coincidido en la idea de denunciar a Israel ante la Corte Penal Internacional por "los crímenes de lesa humanidad cometidos por sus líderes" durante las últimas tres semanas de ofensiva militar sobre Gaza. Irán planteó también su disposición a utilizar "cualquier medida política y económica" contra Israel y sus aliados, entre ellas, el corte de suministro de crudo a los países que apoyan el ataque. Y Venezuela, junto con Bolivia, se cuenta entre los dos únicos países del mundo que han roto toda clase de relaciones con Tel Aviv. Más allá de la retórica antiimperialista que ambos Gobiernos comparten, ésta es la primera acción política concreta que impulsan Ahmadinejad y Chávez en conjunto desde que, en 2006, comenzaron a estrechar relaciones bilaterales.
El presidente Mahmud Ahmadineyad y un representante de la cancillería venezolana también asistieron ayer, en calidad de invitados, a la cumbre de Doha en la que 13 países árabes acordaron detener cualquier proceso de normalización de relaciones con Israel, lo que se traduce en reconsiderar sus lazos económicos y políticos con el Estado hebreo. Desde el 7 de enero pasado, Irán ya había hecho un despliegue diplomático importante en este sentido: 22 enviados especiales de Teherán visitaron diferentes países, a partir de esa fecha, en busca de apoyo: el presidente del Parlamento iraní, Alí Lariyani, viajó a Damasco y se reunió con el presidente sirio, Bashar al Asad; el presidente del Consejo Nacional de Seguridad de Irán, Said Yalili, fue a Turquía, a Siria y a Líbano. Y por motivos económicos más que políticos, el ministro de Industrias y Minas de Irán, Alí Akbar Mehrabian, viajó a Caracas; su visita coincidió con la expulsión del embajador de Israel en Venezuela, Shlomo Cohen, y con la declaración del canciller venezolano, Nicolás Maduro, acerca de la existencia de una "arremetida mediática irresponsable e inmoral" contra la relación entre Irán y Venezuela.
Suministro de petróleo
Para entonces, ya el portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Hasan Ghashghavi, había informado que su país estaba dispuesto a utilizar "cualquier medida política y económica" contra Israel y sus aliados. Tal declaración se produjo el 5 de enero, a propósito de una sugerencia del general iraní Mirfeysal Bagherzadeh, director de la Fundación para la Conservación y Difusión de los Valores de la Defensa Santa: "El petróleo puede servir como un factor potente para presionar a Estados Unidos y a países europeos que apoyan al régimen sionista".
Hasta el momento, en Venezuela no se ha planteado la posibilidad de cortar el suministro de petróleo a EE UU, el mayor comprador de crudo de Venezuela. Sin embargo, partidos políticos y organizaciones civiles afines al Gobierno de Hugo Chávez han propuesto iniciar un boicot comercial contra Israel. "Démosle donde más les duela, en el capital", dice el diario Tribuna Popular, vocero del Partido Comunista de Venezuela, que invita a los venezolanos a unirse a la "intifada internacional" al no comprar productos identificados con el código de barras de Israel.
Judíos en Venezuela
Los judíos en Venezuela temen que estas iniciativas, conjugadas con la relación cada vez más estrecha que mantiene el presidente Chávez con Irán, se traduzcan en acciones violentas, como el atentado con bombas contra la sede de la Asociación Mutual Israelita de Argentina (Amia), ocurrido el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires. Un representante de la comunidad judía, que ha solicitado mantener su identidad en el anonimato por razones seguridad, ha dicho: "Venezuela es cabecera de playa de Irán en Suramérica. Por experiencia, más que por prejuicio, sabemos que los iraníes son capaces de tomar acciones violentas. La comunidad judía en Venezuela es hoy en día vulnerable y nada ha hecho para ganarse las amenazas de grupos radicales, que se han envalentonado con la retórica inflamada de altas autoridades del Gobierno de Chávez (del canciller Maduro, de la presidenta del Parlamento, Cilia Flores; y del ministro de Interior y Justicia, Tarek El Aisami). Los llamados a boicotear comercios judíos nos hacen retroceder a los días de la Alemania nazi". Un ejemplo. La semana que viene está previsto que se estrene en Caracas el musical El violinista en el tejado. Ante las amenazas recibidas, los productores se han visto obligados a reforzar la seguridad de los actores y del local.
Para el abogado e internacionalista Raimundo Kabchi, lo que está planteado con la posición oficial de Venezuela sobre el conflicto de Gaza no es apoyar a Hamás o a Israel, sino "estar o no estar con la legislación internacional (la resolución 181 de la ONU), estar en contra o a favor de la ocupación, de la agresión y de la expansión".
Kabchi, venezolano de origen libanés, es un colaborador cercano del presidente Chávez en lo que respecta a sus relaciones con Oriente Próximo. Su visión política es que el vínculo entre Venezuela e Irán "no tiene como fin crear un frente contra nadie", sino que "puede ser ejemplo y modelo de cómo deben ser las relaciones Sur-Sur en un ambiente de mutuo respeto, de provechosa colaboración y de intercambio de tecnología, de tal suerte que nuestra relación representa hoy varios millones de dólares". Su opinión personal es que, en todo caso, "un boicot contra Israel es mucho más pertinente que el boicot internacional contra Cuba".
En los últimos dos años, las inversiones de Irán en Venezuela han superado los 6.000 millones de dólares, que se han concentrado en el campo industrial y energético.
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