La aparición de plutonio en el suelo revela la deriva de Fukushima
Tokio admite la fusión parcial del reactor y pide ayuda a Francia
Nueva alarma en Japón. Tokio Electric Power (Tepco), la eléctrica que gestiona la central nuclear de Fukushima I, aseguró anoche que ha detectado plutonio radiactivo en el suelo en cinco lugares de la planta atómica, herida de muerte desde el terremoto y el tsunami del 11 de marzo. La compañía dijo que las cantidades de plutonio 238, 239 y 240 encontradas no suponen un riesgo para la salud, pero el descubrimiento añade otro motivo de preocupación a una crisis que comenzó hace más de dos semanas y no tiene perspectivas de estabilizarse.
El reactor número 3 es el único de los seis que tiene la central que utiliza plutonio como combustible. Se trata de un combustible procedente de Francia llamado MOX, que suele tener un 5% de uranio y un 5% de plutonio, mucho más radiactivo. Los otros cinco reactores usan solo uranio. La aparición del plutonio fuera del reactor solo puede tener dos explicaciones: o procede del núcleo del reactor 3 o se han fundido las vainas que protegen al combustible gastado en las piscinas (aunque en este caso solo saldrían cantidades ínfimas de plutonio). En cualquier caso, es una muestra más del deterioro de Fukushima y un escalón más en la crisis. Hasta ahora, la emisión conocida era de cesio-137 (se desintegra a la mitad en 30 años) y el yodo-131 (a los ocho días decae el 50%). Para el plutonio el plazo es de 24.000 años.
El cesio radiactivo decae a la mitad en 30 años; el plutonio tarda 24.000
Greenpeace halla radiación a 40 kilómetros de Fukushima
Sakae Muto, vicepresidente de Tepco, afirmó que los niveles de plutonio eran similares a los encontrados en otras partes de Japón debido a las partículas transportadas después de ensayos atómicos en el extranjero.
Anteriormente, Tepco había afirmado que gran cantidad de agua con un alto nivel de radiación había escapado del edificio de la turbina del reactor número 2 y se había acumulado en un túnel subterráneo, donde hay riesgo de que penetre en el suelo y llegue al mar. Se cree que el agua procede de la vasija que contiene las barras de combustible o del sistema de conducciones.
La organización ecologista Greenpeace aseguró que ha identificado cifras de radiación a 40 kilómetros de la central, por lo que pide ampliar la zona de exclusión decretada por el Gobierno, que llega a 30 kilómetros. Mediciones oficiales también han hallado contaminación fuera de la zona de exclusión. Según el Ministerio de Ciencia de Japón, a 40 kilómetros al noroeste, en Iitate, se ha medido contaminación por cesio-137 de 163.000 bequerelios por kilo (543 veces más del límite fijado por la UE para el suelo).
Los continuos reveses han llevado a Tepco a solicitar ayuda a las compañías francesas Areva y Électricité de France para resolver la crisis. El gigante nuclear Areva fabrica el combustible MOX que usa el reactor 3.
El domingo pasado, Tepco aseguró que había encontrado agua cerca del reactor número 2 con una radiactividad de 1.000 milisievert por hora, 10 millones de veces superior a la normal, lo que obligó a desalojar de la instalación a los trabajadores del equipo de emergencia que lucha para estabilizar la planta.
El anuncio volvió a desatar la alarma, por la sospecha de que la contaminación salía por una brecha en el reactor y que el núcleo de este podía haberse fundido. Entrada la noche del domingo, la compañía rectificó y emitió un escueto comunicado en el que se disculpó y aseguró que había cometido un error de medición. En realidad, se trataba de un nivel 100.000 veces superior al normal.
El error ha provocado la ira del Gobierno, que calificó ayer lo ocurrido de "totalmente imperdonable". "Por un lado, creo que los trabajadores en el terreno están bastante cansados. Pero estas medidas de radiactividad son utilizadas para tomar decisiones sobre seguridad y por consiguiente estos errores son absolutamente imperdonables", dijo Yukio Edano, portavoz del Gobierno. Edano admitió que los elevados niveles de radiación -1.000 milisievert por hora- se debían a una fusión parcial de las barras de combustible dentro de la vasija del reactor.
El rapapolvo en público a Tepco se produjo después de que el jueves pasado tres empleados de una filial de Tepco resultaran heridos al entrar en contacto con agua radiactiva en la unidad del reactor 3, debido a la falta de protección adecuada.
La escasa información inicial dada por el Gobierno y los problemas de interpretación de los datos han sembrado la inquietud entre muchos ciudadanos de Tokio, que se esfuerzan por regresar a una vida normal en medio de los avances y retrocesos en la resolución de una crisis, que puede durar semanas o meses.
"No sé si el Gobierno ha ocultado datos (como sospecha alguna gente), pero lo que está claro es que no ha informado de forma adecuada. Pero el Gobierno tiene una relación muy próxima con la industria nuclear y existe una connivencia con Tepco", afirma James B. Cole, físico en la Universidad Tsukuba.
Unas 250.000 personas afectadas por el terremoto y el tsunami continúan viviendo en escuelas y edificios del Gobierno en el noreste del país, y siguen haciendo frente a las réplicas. La catástrofe causó 11.004 muertos y 17.339 desaparecidos, según el último balance oficial. Ayer hubo un nuevo temblor, de magnitud 6,5 en la escala Richter. Generó una alerta de pequeño tsunami, que fue cancelada.
El primer ministro, Naoto Kan, que ha mantenido un perfil bajo durante toda la crisis, podría tener que hacer frente a nuevas críticas después de que la agencia de noticias Kyodo asegurase ayer que su visita a la región al día siguiente del terremoto había retrasado la respuesta de Tepco a los problemas en la central por temor a que Kan se viera expuesto a radiación.
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