Las aguas ponen de rodillas a Río Grande do Sul
Más de 76.000 personas afectadas, ocho muertos y 57 municipios en estado de calamidad
Las aguas torrenciales que provocan el desbordamiento de los ríos han vuelto a golpear a Brasil. Esta vez ha sido el rico y pujante Estado de Río Grande do Sul, cuyo gobernador, Tarso Genro, uno de los líderes políticos más destacados del país, se ha trasladado este viernes a los locales de la tragedia.
Según Defensa Civil, 76.000 personas del Estado se han visto ya afectadas y en 57 municipios ha sido declarado el estado de calamidad. Se han quedado sin casa, destruidas por las aguas, 4.300 familias y 6.482 han tenido que ser desalojadas.
La situación más grave se da en la región de Vale do Paranhana, formada por las ciudades próximas al rio Paranhana, afluente importante del río de los Sinos que abarca los municipios de Igrejinha, Parobé, Riozinho, Rolante, Taquara y Tres Coroas.
La ciudad de São Lorenzo do Sul, en la que han perdido la vida por lo menos ocho personas y los bomberos siguen buscando desaparecidos, es la más golpeada. El 50% de la ciudad está literalmente bajo las aguas y los habitantes tienen que hacer uso de barcos para moverse. Se trata de la mayor catástrofe de la historia de la ciudad. Desde hace cerca de medio siglo no se registraba una cantidad semejante de agua caída en pocas horas.
También las ciudades de Novo Tiradentes, Lajeado y Encantado están bajo alerta ya que el caudal del río Cai está creciendo 20 centímetros por hora. Las autoridades han alertado sobre la posibilidad de que se registren unas inundaciones récord en la ciudad si el río sigue creciendo a ese ritmo.
Todos los que viven en las inmediaciones del curso de los ríos han sido alertados ante la posibilidad de tener que dejar sus casas de un momento a otro. Las autoridades civiles y los bomberos han pedido a la gente que colaboren dejando sus casas para no congestionar después el desalojo por parte de los servicios de emergencia y ayuda.
En la zona varias autopistas han sido cortadas por las lluvias, según informa el Comando de la Brigada Militar de Carreteras.
En muchas de las ciudades afectadas por las aguas falta luz y se está pidiendo -sobretodo los desabrigados- no sólo comida sino también colchones y ropa de abrigo dadas las bajas temperaturas registradas, que en algunos casos llegan a cinco grados bajo cero.
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