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Entrevista:FRANÇOIS HOLLANDE | Aspirante socialista a la presidencia de Francia

"Sarkozy es incapaz de una acción política duradera y coherente"

Antonio Jiménez Barca

En otoño de 2008, François Hollande dejaba la dirección del Partido Socialista (PS) francés en medio de una división brutal, tras un calamitoso congreso celebrado en Rennes. La estatura política (y el futuro) de este diputado de 56 años, simpático, afable y con sentido del humor, parecían entonces reducidos a la mínima expresión. Sin embargo, Hollande, día a día, avanza en su cota de popularidad. Hace un mes declaró su intención de presentarse a las primarias socialistas de septiembre a fin de convertirse en el rival de Nicolas Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2012. Para ello, Hollande deberá derrotar a los otros líderes del socialismo francés, entre los que se cuenta, por cierto, su antigua pareja, Ségolène Royal. Hace dos años nadie hubiera apostado por él salvo él mismo. Ahora ya no es así.

"Las primarias del PS nos darán fuerza si movilizamos a los simpatizantes"
"Francia no vota a un partido, sino a una idea. Mitterrand lo comprendió"
"El sueño de una vida mejor para sus hijos se ha esfumado entre los franceses"
"En toda Europa, salvo en España, hay un ascenso del populismo"

Pregunta. ¿Por qué ha decidido dar el paso adelante y presentarse?

Respuesta. Porque me considero la persona capaz de llevar a la izquierda hacia la victoria y de dar una esperanza a Francia. Dicho así, suena muy poco modesto, pero esas dos condiciones son necesarias para convencer. He reflexionado sobre lo que esperan los franceses del próximo jefe del Estado. Les ofrezco centrarme en la juventud, que es para mí la única manera de unir a Francia y de reconciliarse consigo misma.

P. ¿Gracias a la juventud?

R. Francia es uno de los países europeos de más alta vitalidad demográfica. Y cada generación ha vivido mejor que la anterior. Hasta hace 10 años. Esa esperanza, ese sueño de una vida mejor para nuestros hijos se ha esfumado. Así, si queremos agrupar a los franceses en torno de un objetivo que sobrepase las categorías sociales y los intereses individuales, que les empuje a algo más alto, ese debe ser el de preparar una vida mejor para nuestros hijos y nuestros nietos. Todo el mundo lo aceptará.

P. ¿Por qué Sarkozy ganó en 2007 y por qué usted cree que ahora...?

R. ... va a perder

P. Bueno, yo iba a decir que ahora se encuentra muy abajo en los sondeos.

R. No ganó por azar. Convenció a una mayoría porque les ofreció la esperanza, individual, de una vida mejor por el trabajo. No apeló a una esperanza colectiva. Prometió mejores sueldos contra más horas de trabajo. Si ahora ha perdido popularidad es, aparte de ciertos excesos, ciertas actitudes personales y ciertas contradicciones, porque no ha cumplido su promesa principal.

P. Ha tenido en contra la crisis...

R. Sarkozy es un hombre de reacción. Si sucede algo, da una respuesta rápida. Pero no ha demostrado ser capaz de una acción política larga, duradera y coherente. A él no se le puede reprochar la crisis. Sí el hecho de que en Francia quien la ha soportado ha sido la mayoría de los franceses, sin que los poderosos pusieran su parte. Los bonus de los bancos son muy elevados, hay una explosión de salarios muy altos...

P. ¿Las primarias pueden ser peligrosas para el socialismo francés?

R. Serán una oportunidad si conseguimos movilizar a los simpatizantes. Eso nos dará fuerza. O al menos eso dará fuerza al que gane. Sobre todo si gano yo, je, je. Pero también constituyen un riesgo, claro: que el que gane lo haga a base de criticar al resto. Es la mejor manera de que nuestro candidato acabe hundido por los argumentos de sus propios camaradas. Por eso yo no hablo de mis competidores.

P. ¿Qué ha llevado al Frente Nacional a convertirse en la tercera fuerza política francesa?

R. Le daré tres razones. La primera es histórica: hace 25 años que el Frente Nacional existe electoralmente. Ha estructurado un electorado, que tiene sus mareas altas y sus mareas bajas. La segunda es la decepción que Sarkozy ha causado. La tercera es europea: en toda Europa, salvo en España, hay un ascenso del nacionalismo y del populismo.

P. ¿Qué opina de la crisis del euro y de la solución a la oleada de inmigrantes en Lampedusa?

R. Cada vez que Europa es incapaz de mantener sus principios, los populismos ganan. Encontró una solución a la crisis del euro, pero ahora da la sensación de que está a la defensiva, de que carece de confianza en sí misma.

P. ¿Y cómo se sale de esa actitud a la defensiva?

R. Todo depende, perdón por decírselo a mis amigos españoles, de la relación entre Francia y Alemania. Cuando Alemania duda y Francia, que está en una situación económica y financiera no muy buena, no puede hablar alto, llega la impotencia.

P. ¿Por qué la izquierda recuerda tanto ahora a Mitterrand? ¿Es nostalgia de la victoria? ¿Es nostalgia a secas?

R. La verdad es que hace mucho que la izquierda no gana: hace 17 años que no hay un presidente francés de izquierda. Mitterrand fue tenaz, tuvo la determinación para sobreponerse a los sondeos desfavorables, mostró su voluntad de triunfo. Y fue capaz de hablarle a Francia, no solo a la izquierda.

P. Mitterrand decía que Francia era un país de derechas que de vez en cuando se hacía de izquierdas.

R. Bueno, yo diría que es un país que no se entrega a un partido, sino a una idea que, a su vez, un hombre o una mujer puede encarnar. Él lo comprendió.

François Hollande.
François Hollande.JEFF PACHOUD (AFP)

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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